Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO



de

Mario Rivadulla

El anuncio de que el gobierno enviarà al Congreso un nuevo proyecto de Reforma Fiscal y algunas informaciones sobre las posibles medidas tributarias avanzadas por el Superintendente de Bancos, Rafael Camilo, durante le Almuerzo Mensual de la Càmara Americana de Comercio en la que ocupò ayer la tribuna como orador invitado, ha levantado un avispero de opiniones contrarias a imponer nuevas cargas al paìs asì como de especulaciones sobre la naturaleza y alcance de estas ùltimas.

Por lo pronto, se habla de ampliar la base del ITBIS, es decir, aplicar dicho impuesto a productos que hasta ahora han estado exonerados.  El mismo Secretario de Finanzas y miembro del Gabinete Econòmico del Gobierno, Vicente Bengoa, dejò saber ayer que hay mucha focalización en ese tribuno por parte de los funcionarios y técnicos que estàn elaborando el proyecto que serà enviado al Congreso.

Otros impuestos que se menciona pudieran ser aumentados o creados son el ya tradicional selectivo sobre cigarrillos y alcohol y gravar todas las rentas recibidas por las personas individuales.  Esto, en lenguaje llano,  significa revivir el viejo propòsito de imponer un impuesto a los intereses recibidos por los ahorrantes.

A reserva de esperar la versión final que se dè a conocer del proyecto de Reforma Fiscal para disponer de una base de informaciòn màs concreta, queremos avanzar opinión sobre este ùltimo por las implicaciones que pudiera tener.

En primer lugar, desde el punto de vista social hay muchas personas que en un paìs donde hasta hace cinco años apenas se carecìa de una Ley de Seguridad Social, estuvieron ahorrando mes tras mes durante toda su vida productiva para luego poder sobrevivir en la vejez con un mínimo de dignidad a base de los intereses producidos por esos ahorros. No hay que significar que un impuesto a los mismos reducirìa sus ingresos aùn màs y harìa màs precaria su situaciòn.

En segundo lugar, desde el punto de vista econòmico hay que tomar en cuenta que los intereses que los bancos comerciales estàn pagando al presente por los certificados de ahorros, que es la modalidad màs extendida y de màs atractivo rendimiento, ha descendido de manera notable. 



Hoy por hoy, esa tasa puede estar apenas en el orden de un 6 a un 7 porciento, inclusive para depósitos mayores.  El seguro por otra parte, tiene un tope de 500 mil pesos, es decir el equivalente a unos 15 mil dólares. Esta es la suma mayor que le garantiza el sistema al ahorrante en caso de una quiebra bancaria,  por demàs muy improbable a la luz del actual Codigo Monetario y Financiero y de los mecanismos mucho màs estrictos de supervisión de las entidades financieras.

En los Estados Unidos ahora mismo, esa tasa que durante los últimos años se arrastrò penosamente en el nivel de un dos porciento o menos, ha ido incrementándose hasta el punto de que ya hay bancos que ofrecen un interés de un 5 y medio y hasta un 6 porciento sobre sus ahorros.  Los fondos del ahorrante està garantizados por la Reserva Federal Norteamericana hasta 100 mil dólares.  Y los extranjeros no pagan impuestos.

No hay que disponer de una inteligencia muy aguda para entender que en estas condiciones si los intereses de los ahorrantes en la Repùblica Dominicana son gravados, se corre el riesgo de una estampida de èstos hacia el mercado de divisas buscando colocar sus fondos en el mercado financiero norteamericano, con una tasa de interés similar o parecida, con un mucho mayor seguro y en una moneda fuerte.

De producirse esto,  tendríamos una fuga de capitales de los bancos comerciales y un inexorable disparo de la prima del dòlar por màs divisas que el Banco Central tenga en reserva y pueda sacar al mercado para tratar de mantener la estabilidad de la prima.  No hay que decir en què forma esto impactarìa negativamente en la agobiada economìa del gobierno y la disminuida calidad de vida de la gente, al afectar todos los costos desde el pago de la deuda externa y el petróleo, para lo cual se requerirìa de mucha mayor cantidad de pesos y por consiguiente, màs impuestos,  hasta los precios de todos los productos de consumo.

No somos economistas ni privamos de tal.  Nuestro parecer se basa en pura lógica.  Si estamos equivocados, que se nos demuestre. Mientras tanto, insistimos en que el gobierno tiene que andar la ruta de la Reforma Fiscal con pies de plomo y evaluar exhaustivamente cada paso que dè, calculando el costo social, político y econòmico.  Esto asì para evitar que el remedio vaya a resultar peor que la enfermedad.  Recuérdese que los técnicos del Fondo hacen su trabajo simplemente en base a números, y es exclusivamente en base a esos números que nos dejan sus recomendaciones y despuès se marchan, dejándonos de ñapa el riesgo de la poblada siempre presente cuando se quiebra el punto de resistencia en la paciencia de la gente.

2006-10-31 12:36:04