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Estadounidenses en México, una migración inversa definida por el nomadismo digital y alto costo de vida en EE. UU.

diariodominicano.com

   Por José Gabriel Martínez, Zhu Yubo y Wang Yiran
   MÉXICO, 7 dic (Xinhua) -- Dos meses atrás, Chad Balkum decidió hacer las maletas y dejar temporalmente su vida en Brooklyn, Nueva York, para mudarse a la Ciudad de México y continuar con su trabajo como diseñador en un ambiente con "una energía distinta", atractivos sociales y culturales, un menor costo de vida y un mejor clima.
   Según comentó a Xinhua, en un café con espacios de trabajo colaborativo en la colonia Condesa de la capital mexicana, el vecindario en el que solía vivir en Nueva York se ha ido encareciendo notoriamente expulsando de allí a mucha gente.
   "Cada vez que sales por la puerta, en Nueva York, sientes que estás gastando alrededor de 100 dólares, mientras que aquí puedes hacer un mejor uso de tu dinero. Las cosas del día a día, desde comer hasta los gastos de subsistencia y el entretenimiento, hacen que vivir aquí sea más asequible", afirmó Balkum, de 35 años.
   Su historia podría parecer atípica en el contexto migratorio habitual entre México y Estados Unidos, caracterizado por la emigración anual de centenares de miles de mexicanos a la nación vecina.
   Sin embargo, el caso de Balkum no es aislado, sino más bien común durante los últimos años en la capital de México y otras grandes ciudades del país, que resultan atractivas para estadounidenses y extranjeros de diversas nacionalidades, quienes protagonizan una corriente de migración inversa, impensable hasta hace relativamente poco tiempo.
   Este fenómeno responde, fundamentalmente, a las ventajas que México les ofrece para asentarse y realizar su trabajo a distancia, al poder beneficiarse de un tipo de cambio que hace rendir su dinero más por el menor costo de vida en términos nominales comparado con sus países de origen.
   Según cifras del Gobierno de México, de enero a septiembre de 2022 las autoridades mexicanas expidieron 8.412 tarjetas de residente temporal (TRT) a estadounidenses, lo que representó un aumento de 1.574 solicitudes, o un 23 por ciento más con respecto al mismo período del año anterior, cuando se reportaron 6.838.
   El aumento se hace aún más notorio si se contempla el hecho de que muchos estadounidenses se establecen en territorio mexicano sin solicitar la TRT a las autoridades migratorias, ya que pueden estar legalmente como turistas por un período de seis meses ininterrumpidos, el cual pueden volver a iniciar con tan solo retornar a Estados Unidos por unos días para luego volver a pisar suelo mexicano.
   Edyta Norejko, directora general de la agencia de bienes raíces ForHouse, declaró a Xinhua que, tal y como las cifras muestran, hay un boom de extranjeros viniendo a México en los últimos años, sobre todo estadounidenses.
   "Tenemos dos tipos de extranjeros que llegan a México: los primeros son jóvenes de entre 20 y 40 años, muchos de ellos nómadas digitales, y los segundos son jubilados, para los que es importante ahorrar dinero", explicó.
   De origen polaco y radicada en México hace diez años, Norejko fundó una empresa en 2014 enfocada principalmente en clientes extranjeros que buscan alquilar o comprar viviendas en la capital mexicana, en especial por las colonias Condesa, Roma y Polanco.
   El incremento del arribo de nómadas digitales estadounidenses y jubilados de ese país, a juicio de Norejko, se dio durante la pandemia de COVID-19, pero también como consecuencia del aumento del costo de vida en EE. UU., sobre todo en lo referente al acceso a la vivienda y los servicios de salud.
   Asimismo, la entrevistada explicó que "la vida más abierta" de la capital mexicana y los "grandes atractivos culturales" de zonas como el corredor Condesa-Roma-Polanco hicieron que la urbe sea uno de los destinos preferidos de los extranjeros.
   Sobre el corredor en particular, Norejko destacó que es una zona segura, con muchas cafeterías, restaurantes, elementos arquitectónicos atractivos y espacios a los que se puede acudir para hacer cualquier cosa del día a día.
   Allí es donde la mayor parte de los estadounidenses busca rentar "viviendas de dos recámaras como mínimo y un espacio exterior a modo de balcón o terraza, con un precio mensual entre 20.000 y 40.000 pesos mexicanos (entre 1.000 y 2.000 dólares)", detalló.
   El monto de la renta en esa zona de la Ciudad de México, inalcanzable para muchos mexicanos, contrasta con los costos de la vivienda en grandes ciudades de Estados Unidos, que han llegado a alcanzar entre 5.000 y 6.000 dólares al mes.
   Balkum espera que esos incrementos del precio de las rentas, que terminan expulsando a las personas de sus ciudades o zonas de residencia habituales, no se generen también en México, aunque reconoció que la llegada de extranjeros con divisas más fuertes respecto a la moneda local podrían estar tras este fenómeno.
   Por eso mismo, residentes locales de la Ciudad de México han visto el fenómeno de la migración inversa con reservas y críticas, dado que constituye un ejemplo y potencial agravante de los llamados procesos de turistificación y gentrificación que han vivido varias zonas de la capital mexicana en los últimos años.
   Uno de los que ha sido crítico con la afluencia de estadounidenses y extranjeros en general a la Ciudad de México, por sus consecuencias para la población local, es el profesor de filosofía y crítico cultural Fernando Bustos.
   En su cuenta de Tik Tok, Bustos relató recientemente que a veces llega a un café en la colonia Roma y resulta ser el único mexicano allí, además de los meseros, lo que es irrelevante en comparación con el hecho de que muchos extranjeros no aprenden el español y quieren comunicarse en inglés, sin integrarse realmente con la comunidad.
   "Este fenómeno tiene un impacto inmobiliario. Durante toda la pandemia las rentas en la Roma y la Condesa nunca bajaron el precio porque había extranjeros mudándose para acá, porque aquí les sale muchísimo más barato y esto de alguna manera termina generando un proceso de gentrificación", expuso en un video.