De Hombres, Mujeres y Cosas, Efemerides, Portada

El día que murió Gregorio Urbano Gilbert

Gregorio Urbano Gilbert

SANTO DOMINGO, el 29 de noviembre de 1970, falleció en la ciudad Santo Domingo, Gregorio Urbano Gilbert, quien se distinguió por su lucha contra la intervención militar de Estados en 1916.

Detalles de su vida están en las memorias que entregó a la Universidad Autónoma de Santo Domingo en el mismo año 1970.

        En San Pedro de Macorís, cuando tenía 17 años, Gregorio Urbano Gilbert enfrentó armado de un revólver a una patrulla de los interventores. En  un incidente en el muelle de San Pedro de Macorís, ultimó al capitán CH Button,  jefe de las tropas establecidas en la región.

Luego se unió a las fuerzas que luchaban en la región Este al mando de Pedro Evangelista.

           Más tarde fue apresado en Montecristi y fue mantenido en prisión durante varios meses.

        En el año 1928, Gregorio Urbano Gilbert viajó a Nicaragua, donde se unió a las fuerzas del general César Augusto Sandino, que luchaba contra la intervención de Estados Unidos en su país. Allí alcanzó el grado de Capitán.

         Gregorio Urbano Gilbert nació en Puerto Plata, el 25 de mayo de 1898, hijo de Benjamín Gilbert de las Islas Bahamas y Narcisa Suero de República Dominicana. De joven, se mudo a San Pedro de Macorís, allí trabajó como tipógrafo, luego como vendedor en un negocio de venta de provisiones.

Gregorio  fue  de los primeros que ofrecieron sus servicios a la Junta Nacionalista creada para protestar contra de la ocupación extranjera.

Los estadounidenses  llegaron a San Pedro de Macorís  el 10 de enero de 1917.  Desde que Gilbert se enteró de la noticia se puso en contacto con los comandantes  de la resistencia patriótica, quienes  le informaron que no había ningún plan de acción concreto para oponerse al desembarco.

La experiencia llevó al  joven de 17 años a tomar la decisión  de hacer resistencia individual al desembarco de tropas extranjeras. En su lugar de trabajo se hizo de un pequeño revólver calibre 32, diez cápsulas para el arma  y un cuchillo.

De allí se dirigió al muelle de Macorís, observó a los invasores  y escribió en un papel que luego introdujo en su bolsillo de su chaqueta:  Muero, pero muero satisfecho porque es un acto de protesta contra la invasión de mi patria por fuerzas extranjeras.  Luego al grito de ¡Viva la República Dominicana! Gilbert descargó su revólver sobre un grupo de oficiales que desembarcaban. En esa circunstancia cayó  el oficial estadounidense  C. H. Burton.

Gilbert no sufrió heridas en el incidente.  Cuando  era perseguido por las tropas invasoras, Gilbert se unió a las fuerzas guerrilleras comandadas por Vicente Evangelista, y participó  en varios combates en contra de las tropas extranjeras.

Después que  su  grupo fue desarticulado, Gilbert se  estableció  en  Monte Cristi, donde trabajó en una imprenta, hasta que fue delatado.  Tras ser apresado fue sometido a torturas  y metido en un hoyo de 25 pies de profundidad.

De allí fue trasladado a la ciudad  Santo Domingo, donde fue condenado a ser colgado vivo hasta que  se produjera la muerte. Las reiteradas demandas de que le fuera conmutada la pena, formulada por personalidades nacionales, lograron que el presidente Woodrow Wilson, cambiara la sentencia de muerte por la de prisión perpetua.

El 2 de Octubre de 1922, fue puesto en libertad. Salió de República Dominicana,  y visitó varios países latinoamericanos. En  1928, se integró a las guerrillas nicaragüenses que luchaban contra las tropas estadounidenses bajo la dirección de César Augusto Sandino.

Al lado de Sandino alcanzó  el grado de capitán, y el cargo de  cuarto ayudante del Comando Supremo del Ejército Sandinista.

Más tarde fue seleccionado  como segundo ayudante que acompañó a Sandino en su viaje a México, en busca de ayuda para la causa que defendía.

Gilbert regresó a la República Dominicana después de pasar un año en el ejército Sandinista.

En 1956 se doctoró en Filosofía en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

En 1965, aunque estaba  enfermo,  estuvo apoyando a los constitucionalistas que defendían a la Patria que enfrentaba la segunda intervención militar de Estados Unidos en el siglo XX.