Economia, Portada

La resiliencia del peso dominicano frente al dólar y en medio de la crisis

FOTO DE ARCHIVO: Billetes de euro y de dólar estadounidense en una ilustración tomada en Sarajevo el 9 de marzo de 2015. REUTERS/Dado Ruvic

Por Amaury Guzmán

El dominicano está acostumbrado a la percepción de cómo anda la economía tomando en cuenta la relación del dólar con el peso dominicano, es decir, entiende que el desempeño de la productividad está atado al desenvolvimiento del tipo de cambio. Esto es una errónea interpretación, aunque si bien es cierto que una desestabilización en el tipo de cambio podría tener consecuencias desagradables para la economía, no es absoluto que un aumento o disminución del mismo pauta la tendencia en el desarrollo de la productividad.

En el contexto actual se ha dado la circunstancia de que tenemos un peso cada día más fuerte y sin embargo las personas sienten cierta inestabilidad económica debido a la incertidumbre que se está viviendo a nivel internacional.

En la región se ha observado un aumento vertiginoso de la cotización del dólar; países como Chile, Colombia y Argentina han estado sufriendo continuamente la devaluación de sus monedas. Sin embargo, increíblemente, este no es el caso para nuestro país. La apreciación significativa de la divisa estadounidense ha sido provocada por dos factores fundamentales: el ambiente de incertidumbre internacional y la política restrictiva de parte de la Reserva Federal aumentando su tasa de interés, provocando así un efecto aspiradora (recogiendo) con los flujos de capitales internacionales.

La moneda al igual que cualquier bien aumenta o disminuye de valor dado el nivel de escasez o el nivel de abundancia en el mercado. Debido a que la autoridad monetaria de Estados Unidos ha entrado en un proceso restrictivo para frenar la tan acelerada inflación, los inversionistas ven más atractivo sacar sus capitales de los países latinoamericanos emergentes y llevarlos de vuelta a casa. Esto conjuntamente con el déficit constante de cuentas corrientes aseverados por el aumento en los precios de los comodities internacionales más importantes, como es el trigo y los combustibles fósiles, conllevan al incremento de la demanda de dólares para poder cumplir con sus obligaciones en el comercio internacional.

Argentina sufre las consecuencias de una pérdida de confianza por parte del pueblo frente a las autoridades monetarias provocando casi la dolarización informal de parte de su economía; por otra parte Chile ha sido afectado por la disminución  de los precios del cobre a nivel internacional conjuntamente con su incertidumbre política debido al cambio a la Constitución, que devino en rotundo rechazo. Colombia que es el menos afectado de los tres se ve golpeada por la pérdida de capitales ya que las autoridades no han tenido la flexibilidad de ajustar su tasa de política monetaria con la facilidad que lo ha hecho Estados Unidos.

Sorprende que a diferencia del promedio de la región, República Dominica viene siendo el caso atípico, el outlier, o en términos máss llanos, la excepción. Por nuestra parte hemos tenido una reactivación del dinamismo de la demanda agregada generando confianza en los inversionistas, sumando a esto un fuerte y resilente sector turístico que ha estado percibiendo divisas y aportando al aumento de nuestras reservas internacionales netas. Cabe resaltar que las autoridades monetarias han mantenido la confianza en los agentes y han logrado anclar las expectativas de inflación, dando seguridad en el peso dominicano para evitar incertidumbres financieras y por tanto la salida de capitales por mitigación de riesgo de mercado.

Es importante resaltar que el Banco Central de la República Dominicana ha sido oportuno en sus decisiones de política monetaria pudiendo mantener el ritmo de aumento de las tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), evitando así un descalabro en las cuentas nacionales. Esta facilidad del Banco Central para subir las tasas se produce por la fortaleza de la economía dominicana, que ha permitido que los agentes económicos puedan soportar el aumento de tasas sin provocar una pérdida de bienestar general, de tal que hasta pudiera derivar en recesión

En conclusión, la resiliencia del peso con respecto al dólar se debe a cinco factores: 1) stock histórico de reservas internacionales netas, 2) aumento de inversión extranjera directa debido a la incertidumbre política que se está viviendo en países latinoamericanos, 3) aumento de tasa de política monetaria del Banco Central, 4) consistencia en los niveles de entradas de remesas, y 5) resiliencia en el sector turístico que ha logrado mantener la entrada de turistas restableciendose nuevamente como líder de la región.

Esta apreciación del peso nos ha defendido del proceso inflacionario que vive Estados Unidos y conduce a un incremento del bienestar general, ya que al ser un país netamente importador de la mayoría de bienes para producción industrial o para bienes complejos en términos de cadena de valor, posibilitará más poder de compra a los empresarios, lo que podría traducirse en estabilidad de precios para los agentes.

El autor es economista