Editorial, Politica

Ven «rendición de cuentas» en Santiago contrapone trascendentes hechos históricos

NEYBA: El periodista y ex diputado Rafael Méndez advirtió sobre
“osados que se arriesgan a especular, y no sin razón” en el sentido de
que el denominado acto de “rendición de cuentas”, celebrado el 16 de
agosto en Santiago por el presidente Luis Abinader, “podría encubrir
solapadas intenciones, y hasta un mensaje subliminar, que buscaría
sentar un antihistórico precedente con fines de contraponer los dos
más grandiosos acontecimientos protagonizados por los trinitarios y
restauradores, muchos de ellos también independentistas, de la
República Dominicana”.

Méndez asegura que “historiadores y abogados constitucionalistas están
sobradamente contestes de que el referido acto celebrado con motivo
del 159 aniversario de la Restauración de la República,
pretendidamente efectuado con el objeto de la “rendición de cuentas“
del presidente Luis Abinader bajo ningún precepto constitucional asume
la calidad como tal, y más bien vulnera el orden constitucional de la
República Dominicana, toda vez que el mandato supremo es categórico,
una única rendición el 27 de febrero.

A continuación, el texto completo del artículo del periodista, miembro
de la Dirección Central de la Fuerza del Pueblo, el ex diputado Rafael
Méndez.

“Esto independientemente de que contadas y aisladas voces de
autoridades en la materia observaron esta flagrante vulneración a
nuestro orden constitucional, mientras que el grueso de las opiniones
fue de políticos del gobierno y de la oposición, y las reacciones
recabadas por los medios entre empresarios y las gentes del pueblo
llano en relación al discurso del mandatario”, recordó.

Para algunos historiadores, abogados expertos en el tema
constitucional y analistas, ese acto en la urbe cibaeña vulneró la
Norma Suprema de la República Dominicana, y lo que resulta más grave
aún, sentó un nefasto precedente, pues desnaturaliza el verdadero
sentido del acontecimiento histórico del 16 de agosto de 1863.

Y no nos podemos llamar a engaño, y mucho menos aceptar que desvirtúen
la fecha que está reservada para rendir tributo a los héroes y
mártires de la Guerra Restauradora de la República, reconocimiento a
esos prohombres que encarnaron la visión histórica de reponer nuestra
nacionalidad y el retorno de la soberanía.

Los más osados se arriesgan a especular, y no sin razón, entienden
algunos, de que ese acto de marras podría encubrir solapadas
intenciones, y hasta un mensaje subliminar de corte histórico que
buscaría sentar un antihistórico precedente con fines de contraponer
los dos más grandiosos acontecimientos protagonizados por trinitarios
y restauradores.

Acto político o “rendición de cuentas”

La Constitución de la República en su artículo 114 deja claramente
establecido que la rendición de cuentas “es responsabilidad del
presidente de la República”, y que la debe presentar anualmente, (cada
27 de febrero) ante el Congreso Nacional sobre “la administración
presupuestaria, financiera y de gestión ocurrida en el año anterior…”
acompañada de un mensaje explicativo de las proyecciones
macroeconómica y fiscales…”.

Y solamente reserva la excepción para otro momento solemne que ocurre
el 16 de agosto, cada cuatro años, cuando el nuevo jefe del Estado,
electo o reelecto, luego de su juramentación, se dirige a la Nación
para informar sobre las que serán sus accionares y líneas de gobierno,
lo que significa que en ninguna otra fecha histórica el primer
mandatario de la Nación está facultado constitucionalmente para rendir
cuentas de sus realizaciones al frente de la cosa pública.

Y como refiere un pasaje bíblico “hablaréis por Dios lo que es injusto
y diréis por él lo que es engaño”. Ese acto de Santiago, del pasado 16
de agosto, pretendidamente de “rendición de cuentas”, fue un montaje
abiertamente de carácter reeleccionista; lo peor fuera de campaña
oficial y financiado con dineros provenientes de las arcas del Estado,
fondos públicos.

De ahí que alguien deberá tomarse el derecho que le asiste como
ciudadano, y le reserva la Ley de Acceso a la Información Pública,
para solicitar con apego a los procedimientos que consigna esa
legislación, de solicitar una rendición de cuentas de “esa rendición
de cuenta”, cuyo costo de su montaje salió del bolsillo de los
contribuyentes dominicanos, en una actividad particular.

Ohelmis Sánchezohelmissanchez@gmail.com