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“Notables” piden en la Capital sanciones contra Duarte

 Por Héctor Tineo Nolasco

Diariodominicano.com

SANTO DOMINGO, RD,  el  3 de agosto de 1844 circuló en ciudad Santo Domingo, un manifiesto en el que 68 padres de familia, calificados de ciudadanos notables, solicitaron a la Junta  Central Gubernativa, que los trinitarios encabezados por Juan Pablo Duarte, fuesen declarados traidores  a la patria. En ese momento el organismo de Gobierno era controlada por el General Pedro Santana,

    También, que Juan Pablo Duarte y demás trinitarios fueran expulsados del territorio nacional.

    El manifiesto puesto a circular el día 3 de agosto de 1844, se sumó a otro que habían dado  a conocer el día 1  de ese mes,  628 oficiales y soldados del Ejército del Sur, bautizado a partir de esa fecha como  “Ejército Libertador”, en el cual acusaron a los trinitarios de ser traidores a la patria.

   Cuando se enteró del contenido de los manifiestos, Juan Pablo Duarte se escondió en Puerto Plata, en una residencia que le buscaron  amigos  en las faldas de la Loma Isabel de  Torres, pero fue detenido el día 27 de agosto de 1844.

José Gabriel García

    El historiador José Gabriel García  anota en su obra  “Historia de Santo Domingo”, que el prócer Matías Ramón Mella, quien promovía la proclamación presidencial de Juan Pablo Duarte en el Cibao, al llegar a la ciudad de Santo Domingo fue detenido en la “puerta del Conde, cuna de su primera gloria”.

    Destaca que Mella sufrió “serios ultrajes inferidos por el general Pedro Familias  en los bajos del palacio en que celebraba la Junta sus sesiones”. (sic)

     Agrega que no tardó mucho tiempo en llegar a Puerto Plata, la goleta de guerra “Separación  Dominicana”, con la orden  terminante de la nueva Junta para que se redujera a prisión al general Duarte, junto con los oficiales de su Estado Mayor, “orden que fué cumplida al pié  de la letra por el  general Pedro de Mena”.

     Del contenido de los dos manifiestos puestos a circular contra los trinitarios al declararlos traidores a la patria, el historiador José Gabriel García  destaca que sus promotores exponían que “era de absoluta necesidad que para la seguridad  y tranquilidad del país, se castigara á  todos los autores  y cómplices de la sedición, á cuya cabeza había figurado el general Juan Pablo Duarte; y cuyo objeto fué trastornar  y derrocar el Gobierno Supremo establecido en virtud del manifiesto del 16 de enero, que formó las bases de la revolución”.

Matias Ramón Mella

   Consideraban que en iguales circunstancias era necesario, “obrar á verdad sabida, buena fé guardada, y con la primera mira de salvar la salud pública, que era la suprema ley, y sin embargo de que las leyes en vigor y las de todas las naciones, habían previsto la pena de muerte en iguales casos, usando de la facultad  paternal que la caracterizaba  y por otros motivos de equidad y consideración, declaraba  que los generales de brigada Juan Pablo Duarte, Ramón Mella  y Francisco Sánchez, los comandantes Pedro Alejandrino Pina, Gregorio del Valle,  y Juan Evangelista Jiménez; el capitán  Juan José  Iiias y el ciudadano Juan Isidro Pérez, habían sido traidores  é infieles á su patria, y como tales eran indignos  de los empleos  y cargos que ejercían, de los que quedaban depuestos y destituidos, ordenando que todos ellos  fueran inmediatamente desterrados y extrañados á perpetuidad del país, sin que pudieran volver á poner el pié en él, bajo la pena de muerte, que sería ejecutada en la persona del que lo hiciera, después que fuera aprehendido  y se justificara la identidad de su persona, á cuyo efecto se le daba poder y facultad á cualquiera autoridad civil y militar que verificara la captura, todo ello sin perjuicio  de las indemnizaciones  civiles que debieran al erario público ó á algunos ciudadanos particulares, por la mala inversión que hubieran tenido en sus empleos, por el abuso de poder que hubieran hecho, ó por los daños y perjuicios  que hubieran causado”.

   El  1 de agosto de 1844, 628 oficiales del “Ejército Libertador”, que comandaba el General Pedro Santana pidieron en un manifiesto  que se actuara contra los trinitarios, que lideraba el general Juan Pablo Duarte.

     En el documento exigían  “justicia contra los asesinos de la patria”, por lo que pedían las mayores penas contra los acusados.

     El Manifiesto fue otro hecho que se sumó a las acciones que ejecutaba el general Pedro Santana contra los trinitarios.

    El  28 de julio de 1844, el general Matías Ramón Mella, recibió en Santiago el manifiesto que había emitido la Junta Central Gubernativa, en el cual declaró a Juan Pablo Duarte y a Mella, traidores a la patria.

    Al conocer la medida, el General Matías Ramón Mella se trasladó a la ciudad de Santo Domingo, para aclarar la situación, pero al llegar fue detenido y encerrado junto a otros trinitarios que estaban presos.

    El día 28 de febrero de 1844, el Presidente Pedro Santana emitió una proclama en la que acusó a  Duarte de ser un anarquista.

      El  día  24 de julio de 1844, la Junta Central Gubernativa, presidida por el general Pedro Santana, había rechazado  la decisión de los pueblos del Cibao de proclamar a  Duarte, Presidente de la República.

    La reacción de la Junta controlada por Pedro Santana,  se produjo cuando una comisión encabezada por el coronel Domingo Mallol y Juan Luis Franco Bidó, le entregó el 24 de julio, la proclama aprobada en Santiago de los Caballeros, por los  pueblos del Cibao,  el día 19 de julio de 1844.

     En la ocasión el prócer Mella, Jefe del Departamento de Santiago y frontera del Noroeste,   envió el  informe a la Junta Central Gubernativa, en el  que le comunicaba de manera oficial que  Duarte, había sido proclamado Presidente de la República por los pueblos del Cibao.

    En el  momento que dirigió el documento  a la Junta Central Gubernativa,  Mella, el prócer del trabucazo del día 27 de febrero de 1844, ignoraba que en la Capital el general Pedro Santana había dado un golpe el día 16 de julio que desalojó del primer organismo de Gobierno dominicano a los trinitarios que encabezaba Francisco del Rosario Sánchez.

    De esa manera, los conservadores que presidía Tomás Bobadilla, retomaron el control de la Junta Central Gubernativa, que era dirigida por los trinitarios desde el día 9 de junio de 1844.

    La nueva Junta  rechazó el documento de Mella,  y el día 24 de julio de 1844, dio a conocer el   manifiesto  en el que advirtió  que “no reconoce ni reconocerá el nombramiento de Presidente en el General Duarte ni en ninguna otra  persona,  a menos que no sea hecho por el Congreso Constituyente”.

   Además,  declaró  a Duarte y demás trinitarios, traidores a la patria.  De esa manera, fue traicionado el proyecto de los trinitarios liderados por Juan Pablo Duarte, de establecer en la Nación un régimen democrático basado en la justicia.

   Con el decurso de los días los conservadores se  fortalecieron e impusieron la administración del Gobierno autoritaria.

     Los hechos definitivos comenzaron el  día  16 de julio de 1844, a las 3 de la tarde, cuando el general Pedro Santana, consumó el golpe contra los miembros de la Junta Central Gubernativa, que presidía el prócer Francisco del Rosario Sánchez.

    Al tomar la decisión, asumió la Presidencia del organismo de Gobierno y reintegró a los miembros que desalojaron los trinitarios el día 9 de junio de 1844, cuando dieron un golpe y nombraron Presidente a Francisco del Rosario Sánchez.

El  general Pedro Santana, jefe del Ejército del Sur, entró con sus tropas a la ciudad de Santo Domingo, el 12 de julio de 1844.

  Con su llegada a la ciudad  inició un plan para derrocar a la Junta Central Gubernativa que presidía el prócer Francisco del Rosario Sánchez.

    Pedro Santana logró su objetivo con el apoyo del cónsul de Francia, Saint Denys.

       Saint Denys,  calificó de ilegales a los miembros de la Junta que fueron escogidos con  Sánchez.

     El golpe que llevó a los trinitarios a controlar la Junta fue ejecutado el día 9 de junio. Lo hicieron para sacar del organismo a los  conservadores que controlaban la Junta Central Gubernativa, presidida por Tomás Bobadilla, quienes deseaban convertir la naciente República Dominicana en un protectorado de Francia.

      Los trinitarios estimaban que Tomás Bobadilla y los miembros de la Junta Central Gubernativa, José María Caminero, Francisco Javier Abréu y Francisco Ruiz, eran culpables de conspirar contra la soberanía nacional al mantener negociaciones encaminadas a obtener la protección de los franceses.

    Al consumarse el golpe de Estado contra la Junta Central  Gubernativa, el prócer Francisco del Rosario Sánchez fue escogido Presidente en lugar de Tomás Bobadilla.

  Como demás miembros de la Junta Central Gubernativa, fueron designados los trinitarios Pedro Alejandro Pina, Manuel María Valverde y Juan Isidro Pérez, quienes fueron perseguidos por disposición del general Pedro Santana.