Efemerides, Portada

Santana traicionó el movimiento liberal y reorganizó su fuerza

José Desiderio Valverde y Buenaventura Báez.

Por Héctor Tineo Nolasco

Diariodominicano.com

Pedro Santana

SANTO DOMINGO, el  27 de julio de 1858, el general Pedro Santana encabezó un golpe de Estado contra el Gobierno Constitucional del Cibao, que había sido electo el 21 de marzo de 1858.

   Santana encabezaba  las fuerzas militares del  Gobierno del Cibao que lucharon en Santo Domingo hasta provocar la salida  del Presidente Buenaventura Báez.  Aprovechó esa circunstancia para traicionar el movimiento liberal y reorganizar sus fuerzas para  tomar el poder.

     El movimiento del 7 de julio de 1857, se había trazado  como objetivo acabar con el Gobierno del Presidente Buenaventura Báez,  y  escogió un Gobierno Provisional.

    Cuando se declaró la lucha de los liberales del Cibao, en un acto celebrado el 7 de julio de 1858, en la Fortaleza San Luis, el Gobierno Provisional dejó sin efecto el impedimento de entrada  al país a  Pedro Santana y  a  varios de sus seguidores exiliados.

  Santana  retornó  al país por Montecristi,  fue designado para que se sumara en el frente que salió del Cibao a combatir las fuerzas del Presidente Báez en el Distrito Nacional.   La  medida fue considerada en la época como un error, pues  temían el ex Presidente Santana la aprovechara para conspirar contra el Gobierno liberal y tomar el poder.

    El historiador José Gabriel García al referirse al hecho anota que Santana, “que no poseía la facultad de disimular sus impresiones, no ocultó nunca desde su llegada al país, la tendencia a independizarse de toda sujeción disciplinaria, ni el propósito de dar al movimiento revolucionario un giro que convenía a sus intereses personales.

    “Para él la cuestión se reducía simplemente a derrocar a Báez del poder, pero respetando la Constitución y las leyes que estaban en vigor; de suerte que sostenía desde su campamento la teoría de que una nueva constitución era ajar la majestad de la que regía, principalmente en momentos que tenía lugar una lucha sangrienta que desgarraba las entrañas de la patria.

   “No quería convenir en que en medio del tumulto de las armas y de los combates, y cuando sus amigos políticos, que eran para él las únicas notabilidades del país, vagaban unos en tierras extranjeras, y otros se encontraban al frente del enemigo, se quisiera constituir una nación que ya estaba constituida desde 1844; subterfugio de que se valía con frecuencia para desprestigiar la Constitución de Moca, que consideraba alejada de la realidad y en contraposición con las costumbres, el genio, la religión y las necesidades de los dominicanos”.

    El día 27 de julio de 1858, Pedro Santana dio el golpe de Estado con el apoyo de algunos colaboradores del saliente Presidente Báez, quienes le entregaron un “Manifiesto Nacional”  como “órgano de la voluntad del pueblo”.

    Los partidarios del golpe en una visita a Santana le pidieron que oyendo “las provincias del sur”, restableciera el orden anterior y declarara de nuevo en vigencia la Constitución de 1854.

    Como reacción,  Santana hizo pública una proclama en la que expresó que acepta el nuevo  mandato que “la ciudad de Santo Domingo por medio de una numerosa y respetable comisión me ha presentado”.

    A partir de los primeros manifiestos siguieron otros, en los que se solicitaba a Santana desconociera el Gobierno Constitucional del Cibao y la Constitución de Moca.

   Además, le  “por la soberana voluntad del pueblo se encargara de restaurar el imperio de la Constitución y las leyes”.

    En contra posición en  el Cibao la primera reacción fue preparar un frente para resistir el golpe de Santana, que acabaría con el movimiento revolucionario del 7 de julio de 1857.

   Las tropas del Cibao eran comandadas por el Presidente General José Desiderio Valverde, pero al poco tiempo se  convenció de que su  “Ejército”  no estaba en capacidad de luchar frente a las fuerzas de Santana.

    El 7 de julio de 1857, los cibaeños lanzaron su manifiesto  para “sacudir  el yugo” del Gobierno del  Báez  al cual desconocieron desde ese momento y formaron el Gobierno provisional con asiento en Santiago de los Caballeros.

    El Presidente del Gobierno Provisional era  el General José Desiderio Valverde  y el Vicepresidente el abogado Benigno Filomeno Rojas, quienes contaban  con el apoyo del Cibao. Fueron ratificados en sus posiciones por la Asamblea Constituyente del 1 de marzo de 1858.

   Entre sus primeras medidas figuró la organización de un movimiento armado para marchar a la ciudad de Santo Domingo, con el fin de derrocar al Presidente Buenaventura Báez, quien estaba preparado para resistir.

   Las tropas del Gobierno revolucionario del Cibao eran comandadas por el general Juan Luis Franco Bidó. En Pocos días cercaron la Capital, iniciándose de esa manera una guerra civil.

    La guerra duró casi un año. Los grupos en conflicto lucharon con todos los medios a su alcance para salir victoriosos, acrecentando la violencia y la destrucción del país. 

El triunfo de la revolución fue rotundo, Báez renunció al poder el 21 de junio de 1858. Luego viajó al  exilio, pero el movimiento liberal  fue  frustrado, porque el  pensamiento de los cibaeños fue  opacado por la figura militar de  Santana, quien volvió a la Presidencia al dar un golpe de Estado del  27 de julio de  1858, y desconoció  la Constitución Liberal de Moca.   

    De esa manera, terminó frustrada la revolución de julio de 1857 y anulada la constitución liberal  de Moca.  Santana volvió a gobernar con la Constitución de 1854 que le garantizaba un Gobierno autoritario.

   Desde el 8 de julio de 1857,  hasta la renuncia de Báez, República Dominicana tenía dos  administraciones de Gobierno: la del  Gobierno del Cibao y el Gobierno del Presidente Buenaventura Báez.

      El 25 de septiembre el Gobierno del Cibao convocó al país para que eligiera a los diputados a partir del 7 de diciembre de 1857.  En ese momento los hombres de mayor capacidad intelectual en el Cibao deseaban producir una Constitución que permitiera  un  Gobierno auténticamente democrático y representativo.

    “La nueva Constitución fue elaborada en Moca y proclamada el 19 de febrero de 1858”.

    La Constitución de Moca abolió la pena de muerte por motivos políticos y consagró como  derechos  la libertad de expresión, el libre tránsito y la libertad de reunión pacífica.