Opiniones

Política pública inmoral

Dr. Isaías Ramos.

En estos momentos de crisis mundial pareciera que este  barco donde va montado el pueblo dominicano se dirige hacia un “iceberg” más grande que con el que colisiono el Titanic. Nos dirigimos a todo vapor sin radar y sin una tripulación adecuada, que este atenta a la realidad que está viviendo la humanidad, y en especial, a las vicisitudes que vive la mayoría del pueblo dominicano.

Pareciera que se centran en un sueño de esos que disfrutan los niños cuando visitan el “pequeño mundo» en Disney, donde todo es una eterna felicidad. Ellos se dan el lujo de vivir a espaldas a la realidad con la que viven las clases más vulnerables, la clase trabajadora, y la clase media baja, donde su única preocupación es qué van a poder comer sus hijos al día siguiente. Muchos de estos esta noche dormirán con hambre, porque no contaron con suficientes recursos para sus tres comidas, y con la inflación actual cada día les será más duro asegurar su alimentación.

Más bien, esta partidocracia está enfocada en mantenerse en el poder para continuar con esa política PERVERSA, con la que llevan más de dos décadas sirviéndose con la cuchara grande. Estirando la brecha de la desigualdad social de manera completamente irracional.

 Ellos, que lo único que conjugan bien es el saqueo y endeudamiento, se pasan la pelota siempre persiguiendo el mismo fin, robar y saquear,  hipotecando el presente y el futuro de las futuras generaciones.

Son tan inmorales que únicamente se ocupan de crear políticas públicas para beneficio de unos pocos, a costa de las grandes mayorías, llevando al sufrimiento de las carencias de todo tipo, inseguridad pública, injusticia de toda clase y falta de oportunidades.

Vemos como unos pocos funcionarios se adueñan del poder que le concedió el pueblo, con el único fin de beneficiar a esos grupos de presión que hoy se muestran insaciables y sin límites, con tal de llevarse entre sus garras el patrimonio del pueblo y alimentarse del presupuesto nacional como si esto fuera una finca de su propiedad.

Esta situación, además de inmoral, debería ser inaceptable para la sociedad. La opulencia con que se muestran estos politiqueros es una verdadera burla al pueblo, que está viviendo en condiciones tan vulnerables, donde muchas veces no tienen ni siquiera un pedazo de pan para darles a sus hijos.

Este gobierno se jacta de ver botado, desperdiciado y despilfarrado cerca de US$500 millones de dólares en “subsidios» de combustibles, estimulando el consumo de un producto que no producimos, y genera grandes erogaciones de divisas.  Esto, mientras se deja a las clases más desprotegidas fuera de la ecuación, y se beneficia  únicamente a las  clases  privilegiadas.

Las únicas inversiones visibles de este gobierno son dirigidas al sector turístico. Sector que demostró lo frágil que es su comportamiento en situaciones como la que hoy vivimos.

En los actuales momentos vamos desnudando a esta clase política carente de autenticidad, donde ni siquiera bajo estas condiciones son capaces de responder a la altura que demanda la ocasión. Esta coyuntura demanda asumir posiciones de avanzada, para asegurar un mínimo de protección a la población, tal como seguridad alimentaria, salud y seguridad pública.

Lamentablemente los que dirigen la nación pareciera que están de fiesta. La justicia “resolviendo” casos de corrupción a todo vapor. El congreso dando pan y circo al pueblo e hipotecando al país de manera festiva y aprobando leyes, con el fin de regalar el patrimonio público, como si ellos fueran los dueños de esta finca. Mientras el ejecutivo anda sin brújula, dando picazos y cortando cintas como si estuviera en una campaña política y no gobernando un país.

La patria en la actualidad no necesita candidato. La nación requiere con urgencia un liderazgo con visión de futuro que prepare al país para lo peor, esperando lo mejor. Así como lo hizo José en la tierra de Egipto, quien visionó la crisis que se acercaba y se preparó. No sólo estuvo preparado para asegurar la alimentación del pueblo egipcio, sino también para suplir a pueblos vecinos.

De este gobierno haber tenido la intención del bienestar general del pueblo, como un deber sagrado, la pandemia hubiese representado una gran oportunidad. Por ejemplo, hubiera educado en valores, principios, moral y cívica, a través de todos los medios que tenía a su disposición en esas circunstancias. Hubiera invertido de manera masiva en sectores como la producción agropecuaria y la construcción de viviendas sociales. Seguro que hoy tendríamos un país con una población más  satisfecha  y mejores  expectativas.

Imaginemos  que el dinero que se ha dilapidado en el “subsidio» al combustible,  de alrededor de RD$25 mil millones de pesos, hasta la fecha, se hubiese invertido en la producción agropecuaria, otorgando financiamiento a tasa 0 por 4 años para la producción de sustituir importaciones de los precursores de las proteínas y aceites comestibles, del cual dependemos prácticamente de un suministro del exterior.

Otra política hubiera sido comenzar una siembra masiva de maíz, sorgo, soya y maní para así garantizar la alimentación al pueblo bajo cualquier situación. Esto, además, generaría millares de empleos y ahorro de divisas.

Estas son razones que desnudan las intenciones de esta partidocracia, secuestrada por unos pocos dominicanos, sin conciencia social y sin conciencia patriótica, sin principios ni valores, que vienen usurpando el poder por décadas.

Es hora de que el pueblo que está dormido se levante, que los que están medios despiertos terminen de despertar, y que los que están despiertos se activen, con un propósito de arrebatarle el poder en la próximas elecciones a esos politiqueros que le han dado tanto sufrimiento a este pueblo.

Enviado por Roger Jose Figueroarogerjoseandujar@gmail.com