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¿ Por qué Fuerza del Pueblo lidera el voto independiente? 


Por Juan Carlos Espinal


En los partidos tradicionales de pos guerra 1966-2024, el sentimiento de comunidad puede conservar el poder político y seguir resistiéndose a la expansión de la participación ciudadana. 


En este caso, cuales fuere las intenciones que la Presidencia del PLD y el CPPLD pueda tener frente al vertiginoso crecimiento exponencial de Leonel Fernández, se ven inevitablemente empujados a maniobrar políticamente frente a la insatisfacción que les viene dada desde el 5/7/2020, las deserciones de presidentes de CI-CB, el repudio de amplios segmentos sociales de la población y la incertidumbre generalizada entre los dirigentes del CCPLD.


Las elecciones municipales, congresionales y presidenciales del año 2020 indicaron con claridad en que lugar se encontraban  los votantes indecisos e independientes.
La división política del PLD, propiciada por sectores del gobierno de Danilo Medina con el apoyo de elementos empresariales, actores de sociedad civil y medios de comunicación pareció un guion político que se repetiría hasta tratar finalmente de imponer la candidatura presidencial de Gonzalo Castillo. 


Muchos esperaban que Leonel Fernández se uniese a la campaña presidencial de Gonzalo Castillo y se liquidase la tendencia histórica exitosa del 50%  + 1 para dar paso a una aventura política de segunda vuelta. 


Para eliminar la posibilidad de la unidad política del CCPLD el gobierno de Danilo Medina pretendió falsificar los resultados de las primarias internas desarrollando un vasto plan de financiamiento municipal  instrumentalizado 39 contratos de asfalto de Obras Publicas por un valor de 11 mil 500 millones de pesos. 


Es posible suponer que en un partido político gobernante, la naturaleza del conflicto provenía de grupos económicos suplidores del gobierno cuya identificación directa con el presidente Medina o con determinadas capas sociales sugería una orden superior existente. 


En cierta medida, la oposición del PRM, el Departamento de Estado EU, La Marcha Verde, Odebretch, Punta Catalina, la pandemia  COVID-19 y la militarización del Congreso habían creado las condiciones para salir del gobierno de Danilo Medina.
En 2019 era obvio que la división impulsaría el ascenso del PRM y Luis Abinader al poder. 


A diferencia de no ser un líder carismático o de poseer una determinada fuerza social propia Abinader  encontró en el conflicto político la brecha que permitió alcanzar la mayoría en primera vuelta. 


La victoria política del PRM es un excelente ejemplo de que los partidos políticos no ganan divididos; de que las instituciones pueden corromperse sin la participación de la militancia y de lo que en circunstancias semejantes  deberá ocurrir al 2024. 
El CCPLD continuará debilitándose sirviendo de vehículo a las fuerzas sociales y económicas que le dieron origen hasta desaparecer como partido hegemónico.
Una organización a la cual no todos pueden pertenecer o como en PRM los militantes no pueden elegir su candidato presidencial de forma directa tiene menos posibilidades que otra de su misma identidad a la cual todos pueden participar. 
Esto traerá como consecuencia que las pre candidaturas presidenciales de Abel Martínez Durán y Francisco Domínguez Brito salgan de juego, se unifiquen las antiguas tradiciones políticas que dieron origen a la estructura electoral de 1996-2000 y 2004-2012 y se unifique el voto indeciso e independiente en torno a Leonel Fernández.

El presidente del PLD y sectores del CPPLD estarían negociando las pre candidaturas presidenciales de Abel Martínez y Margarita Cedeño con sectores del gobierno  del presidente Abinader para reformar la constitución, habilitar a Danilo Medina y realizar más de 40 enmiendas a la ley sustantiva? 


El principal centro de atracción del peledeismo histórico es su vocación de poder. 
Fuerza del Pueblo se convertirá en la opción político Electoral con potencialidad de unificar el polo opositor.


La innovación digital, la Afiliación de más de 1 millón de miembros, saltar de la casilla presidencial #18 a la #3, insatisfacción de diferentes segmentos de la población con el gobierno en medio de la pandemia, el inmovilismo del PLD derivado del profundo rechazo del voto independiente y la escasez de alimentos en el 76% que reportan los hogares dominicanos insta a tomar en cuenta que en 2022 se pudiese estar pensando en un nuevo ordenamiento político. 


Hay que tomar en cuenta que Danilo Medina y su grupo económico no sobrevivirán a la judicialización política del gobierno de Luis Abinader.


La legitimidad del gobierno de Luis Abinader está estrechamente vinculada a generar confianza para tratar de sensibilizar a sus electores. 


En ese sentido, los esfuerzos en superar la pandemia COVID-19 supone alcanzar el ritmo de la popularidad que llevó al poder al PRM.


El crecimiento geográfico de Fuerza del Pueblo tiene tres explicaciones:
A) La inestabilidad política, B) La complejidad social de confinamiento en COVID-19 y C) Los procesos de modernización respecto del PRM y el PLD y su movilización para la política. 


La velocidad del desencanto posee una determinada conciencia social y política que no tiene partido y no se ve representada en ninguno de los partidos tradicionales.
 La esencia de la movilidad política desde el PLD y desde el PRM hacia Fuerza del Pueblo asimilará el liderazgo joven de primer voto, amas de casa, mujer y trabajadores buscando espacios de participación electoral. 


Una nueva división política en el PLD no debería descartarse. Su destrucción será lenta y rápida y la secuencia de las deserciones se ampliara en la medida en que las aspiraciones de los peledeistas no logren ser satisfechas. Entre una cosa u otra existe una diferencia fundamental en materia de secuencia. 


Como lo sugieren los ejemplos de las divisiones históricas del PRD y PRSC el PLD carece de legitimidad política ante la población. El que Danilo Medina y Gonzalo Castillo no alcanzaran imponer una nueva dinastía se debe al hecho de que Leonel Fernández está habilitado. 


Ello completó el aislamiento de Danilo Medina frente al PRM y lo privó de la autoridad necesaria para contrarrestar las fuerzas desintegradoras representadas por los planes de reelección. Con la quiebra moral del orden político 2012-2020 la balanza electoral impulsará el bipartidismo PRM-FP. 


A la larga Fuerza del Pueblo se abre espacio con su propio capital político irónicamente a expensas de otro que constituyó en su momento el equilibrio de fuerzas que permitió la gobernabilidad de entre 2004-2020. Para los peledeistas se trata de la última fase de la lucha iniciada el 6 de octubre del 2019.