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CRISIS DEL COD Y POSIBLE SOLUCION

Por Pedro Caba

Desde que los presidentes del Comité Olímpico Dominicano se aferraron a la continuidad en esa posición más allá de lo razonable y se impuso la cultura del “marchantismo” tipo Club Mauricio Báez, percibíamos que ese hermoso movimiento iba a degenerar con el tiempo hasta convertirse en una escalera al éxito económico y social como lo es hoy.

Cuando en nombre de un grupo de deportistas sin ninguna conexión con instituciones políticas, económicas o de cualquier otro tipo nos atrevimos a proponer la candidatura del ingeniero Roque Napoleón Muñoz (Polón), en aquella memorable asamblea de Ciudad Nueva de la década de los 70, estaba claro que el “padre del 0limpismo” como justamente se había calificado a Wiche García Saleta cumplió su papel histórico y debía ser relevado. El atrevimiento del imberbe vocal (todavía el más joven que con 22 años ha ocupado esa posición en el COD), no contaba con la clara aceptación del compadre dos veces de Wiche, y aún así ¡perdió por estrecho margen!

Todos los directivos del COD que estábamos en esa asamblea habíamos sido escogidos de dedo por Wiche, con mucho acierto decimos nosotros, pero no podíamos negar fruto de la manipulación y dirigismo de un movimiento que había madurado suficiente como para dejar atrás ese pasado. Cuando se sustituyó a Wiche esa fue la promesa de cada uno de los presidentes del COD que se sucedieron hasta hoy.

Pero muy pronto afloró y tomó cuerpo dentro del movimiento intereses de grandes corporaciones que por intermedio de habilidosos publicistas ganaron el corazón de dirigentes de base y pusieron a disposición del COD recursos e influencias, sin dejar de cortejar a gobiernos, políticos y personalidades que contribuyeran al movimiento. El marchantismo del Club Mauricio Báez ha dominado el ambiente desde entonces.


El desarrollo del deporte aficionado hasta convertirlo en alta competición ha sido un esfuerzo del Estado, en particular, de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional. También de los sectores populares, genuinos representantes del pueblo llano, agrupados en los clubes deportivos y culturales (creación criolla sin igual en otros países) que dieron paso a las asociaciones y federaciones por deportes.

En los últimos tiempos se han agregado familias y grupos empresarios poderosos, lo mismo que gestores de una rica fuente de valores y prototipos atléticos que como el volibol femenino ya alcanza categoría mundialista, y puede auto sustentarse por sí misma, como en efecto lo hace.

Por la escalera económica y social ascendieron muchos provenientes de arriba, del medio y de debajo de la población. Una entremezcla de los de abajo y los del medio dominan el COD.

Los de arriba no tienen derecho a pretender la renuncia masiva de una estructura fruto de una práctica de más de dos generaciones de todos los que presidieron el COD después de Wiche para garantizarse su continuidad en el poder, con fines probablemente hacerse merecedores de esa distinción social.

Sólo le pedimos a los que están en todo el movimiento olímpico dos cosas:
1.-Modificar los estatutos del COD y disponer que ningún dirigente puede presidir ese organismo o federado más 8 de años consecutivos “y nunca mas”, y 2.- que se aplique la Ley 207 que crea normas básicas de control interno y la Contraloría General de la República disponga una unidad OAI dentro del COD que vele por la correcta aplicación de los recursos públicos y de los aportes de corporaciones y empresas que descuentan del ISR.

Veremos que en pocos años materializan los ajustes apetecidos.

Fin. 11-1-2022