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Critica al pensamiento liberal de pos guerra : 1962-2000. ( 1)

La pos modernidad liberal tiene en común un escepticismo hedonista sobre la existencia de una realidad objetiva y/o la posibilidad de llegar a una comprensión consensuada de ella por medios racionales. En el liberalismo todo tiende al relativismo. Todo, por cuanto, cuestiona la esencia de una sociedad que descansa en supuestos contrarios, a saber, en un mundo transformado por la ciencia y la tecnología basada en ella, la ideología del progreso que la refleja y el desarrollo que esta extraña, aunque no inesperada contradicción.

Dentro del campo mas restringido del arte, la contradicción no es tan extrema puesto que como hemos visto, las vanguardias modernas ya habían extendido los limites de lo que podía llamarse espectáculo ( o por lo menos, de la música dembow que podía venderse, arrendarse o enajenarse provechosamente como » arte») casi hasta el infinito.

Lo que la pos modernidad liberal produjo fue mas bien una separación ( mayoritariamente generacional) entre aquellos a quienes repelía lo que consideraban la frivolidad nihilista del rock en español de Toque Profundo y quienes apostaban a la nueva moda de los merengues de Juan Luis Guerra. Que había de malo en componer la Bilirrubina? Acaso no eran estos los desechos de la civilización que tanto enojaban al filosofo social Carlos Dore, ultimo vástago de la escuela moscovita?

La pos modernidad liberal no estaba confinada a las artes. Sin embargo, había buenas razones para que el termino surgiera primero en la escena artística ya que la esencia misma de la poesía de Franklin Mieses Burgos era la búsqueda de nuevas formas de expresión del pasado que Juan Antonio Alix no pudo expresar para lo que no se podía expresar en términos del futuro, a saber, la realidad socio cultural del siglo 20.

La pos modernidad liberal era una utopía de las burguesías metropolitanas del siglo 20. La busques de una transformación radical de esta realidad en el siglo 21. Las dos cosmovisiones se referían al mismo mundo capitalista. Ambas coinciden de alguna manera entre 1898 y 1930 y, de nuevo entre 1960-2000 tras la derrota del fascismo golpista cuando los talentos revolucionarios como Silvano Lora, por ejemplo, fue a menudo tan creativo y lo suficientemente radical como lo hubo de ser el poeta Fabio Fiallo en 1916. Ambas posturas liberales fracasarían aunque de hecho modificaron tan profundamente el mundo del porvenir que sus huellas no han podido borrarse.

Mirando atrás parece evidente que el proyecto de una revoluciona social estaba condenado a fracasar desde el principio tanto por su dogmatismo intelectual como por su naturaleza de producción creativa debido a que las artes representaban una sociedad liberal burguesa que demandaba intenciones y objetivos que métodos e investigación científica para alcanzarlos.

Una version concreta de la novedad no es necesarianente consecuencia del rechazo deliberado de lo antiguo. La musica de Luis Alberti evita deliberadamente la tonalidad serial de Rafael Solano basada en la permutacion de las doce notas de la escala cromatica. Ni tampoco es este el unico metodo para obtener musica serial , asi como tampoco la musica serial es necesariamente atonal.

El merengue, a pesar de su atractivo, no tenia ningún atractivo de fundamento teórico racional. De hecho, la decisión de abandonar los procedimientos y reglas tradicionales por otros nuevos fue tan arbitraria como lo fue la selección de Billo Frómita en los Caracas Boys. La pos modernidad liberal no propuso cambiar las reglas del juego como hicieron otros. Reaccionaban , pura y simplemente contra las convenciones trujillistas, escogiendo aperturas poco convencionales observando mas que ocupando el centro del tablero.

La mayoría de escritores y en especial los poetas hicieron lo mismo en la practica. Siguieron aceptando los procedimientos tradicionales, empleando el verso en rima y metro donde creían apropiado y rompían con las convenciones de Rubén Darío o Walt Whitman en los demás aspectos. Kafka no era pos modernista que Joyce porque su prosa fuera menos atrevida. Es mas, donde el estilo moderno afirmaba tener una razón intelectual surgiría Pedro Henríquez Ureña como expresión de la era de las artes y la desconexion metafórica.

Nueva York, 2002. Capitulo I Ensayo La Continuidad Cíclica. Paginas 219, 220 y 221.