WASHINGTON, 17 nov (Xinhua) -- La multinacional farmacéutica y corporación biotecnológica, Pfizer, ha estado presionando a gobiernos de todo el mundo en sus contratos sobre la vacuna COVID-19, según un informe reciente.
"Los contratos dejan entrever un poder inusual de una farmacéutica para silenciar gobiernos, regular el suministro, trasladar los riesgos y maximizar sus beneficios en la peor crisis sanitaria del último siglo", reza este informe publicado en octubre por la organización progresista de consumidores y think-tank sin ánimo de lucro, ubicada en Washington, Public Citizen.
En seis ejemplos, el informe revela que Pfizer no solamente se reservaba el derecho de silenciar gobiernos e imponer controles estrictos sobre las donaciones, o utilizar la propiedad intelectual de otros sin consecuencias; también eludió la legislación local de los países imponiendo arbitrajes privados para decidir en secreto sobre posibles disputas, permitiendo a esta farmacéutica estadounidense enajenar activos estatales, además de contar con autoridad para decidir unilateralmente sobre asuntos clave.
"La dominación de Pfizer sobre otros Estados soberanos ha condicionado de forma determinante su respuesta frente a la pandemia", apunta el documento, añadiendo que Pfizer había retrasado acuerdos de compra e, incluso, retrasado la entrega de vacunas.
"La salud pública debería estar por encima de todo", remata el informe, mientras insta a los gobiernos del mundo a rectificar.
