Efemerides, Portada

Báez del exilio de nuevo Presidente de la República Dominicana

El día de la toma de posesión de Báez, fue que Fernando Arturo de Meriño citó la siguiente frase de un orador americano: “tan fácil es pasar del destierro al solio, como del solio a la barra del Senado”.

Héctor Tineo Nolasco

Diariodominicano.com

SANTO DOMINGO, el 16 de noviembre de 1865, el Gobierno interino del General Pedro Guillermo envió una comisión a Curazao, para que le comunique al ex Presidente Buenaventura Báez que puede regresar a República Dominicana para que retome el poder en el país.

     El 15 de noviembre de 1865, un Movimiento militar que organizó en la región Este el general Pedro Guillermo había obligado al presidente José María Cabral a renunciar.

En esa circunstancia Guillermo asumió el Gobierno de manera interina hasta que regresara del exilio el ex Presidente Buenaventura Báez, quien se encontraba exiliado en Curazao.

José María Cabral había sido juramentado como Presidente de la República, luego de que con el apoyo de la región Sur derrocó en agosto de 1865 al Gobierno del Presidente Antonio Pimentel, quien representaba los intereses de los productores de tabaco del Cibao.

El objetivo principal del Movimiento del General Pedro Guillermo fue reinstalar a Buenaventura Báez en la Presidencia de la República.

El 15 de noviembre las tropas del general Pedro Guillermo rodearon la ciudad de Santo Domingo, con lo que provocaron la renuncia del Presidente José María Cabral.

    El general Pedro Guillermo fue juramentado Presidente de la República para que permaneciera en el cargo hasta que regresara el exiliado ex Presidente Buenaventura Báez.

    Para  posibilitar la entrega del Gobierno a Buenaventura Báez,  la Constitución de la República fue modificada. Tomó  posesión el día 8 de diciembre de 1865.

En el acto de juramentación el Presidente de la Asamblea Nacional era el sacerdote Fernando Arturo de Meriño, quien en su discurso advirtió al nuevo Presidente de la República que gobernar un país es servir sus intereses con rectitud y fidelidad; “hacer que la ley impere igualmente sobre todos los ciudadanos, no disimulando jamás la impunidad del crimen, ni consintiendo el ultraje de la virtud…”.

Consideró que “la moralidad es la base inalterable del bien público y sin ella la prosperidad de la nación es una quimera”.

 El día de la toma de posesión de Báez, fue que Fernando Arturo de Meriño citó la siguiente frase de un orador americano: “tan fácil es pasar del destierro al solio, como del solio a la barra del Senado”.