Mi Voz, Portada

EL IMPACTO DE UN DISCURSO

Por Sonia Calderón

 “Los discursos son “exposiciones orales sobre uno o varios asuntos, pronunciado ante un público con el fin de conmoverlo o convencerlo de algo” (Diccionario RAE). 

A través de los tiempos, ha habido discursos que cambiaron el curso de la historia. Este recurso de la comunicación elaborado correctamente y pronunciado con la dicción, seguridad y entonación adecuada es capaz de cambiar vidas, ganar guerras, conseguir la paz, levantar el ánimo caído de una nación, en fin, provocar milagros.

Realizando un breve recorrido por la historia, podemos encontrar discursos que, en diferentes épocas, causaron un impacto trascendental, justo es comenzar con el más importante de ellos, aquel pronunciado por Jesucristo, que por el lugar en donde ocurrió es titulado como el “Sermón del Monte”; en un momento que el pueblo hebreo padecía el yugo opresor romano, cuyas palabras dos mil años después aún resuenan.

Qué decir del discurso de Lenin en abril de 1917, en la Rusia revolucionaria, anunciando la colectivización de los bienes, como no mencionar el discurso de Charles de Gaulle en junio de 1940 llamando al pueblo francés a resistir ante la Alemania nazi.

Seria inaudito no citar el discurso que levantó el ánimo de los ingleses pronunciado por Winston Churchil en mayo de 1940 llamado “Sangre, Sudor y Lágrimas” que devolvió la esperanza a un pueblo atemorizado. Las citas podrían ser innumerables, pero quiero cerrar destacando los discursos de dos figuras emblemáticas de América: Fidel Castro del 01 de enero 1959  “La revolución empieza ahora”, en el que describía el camino que tenía por delante el pueblo cubano, y del pastor protestante Martin Luther King, del 28 de agosto del año 1963 “Yo tengo un sueño”, en el que proclamaba la igualdad entre los hombres sin importar su color de piel y que le costaría la vida cinco años más tarde.

Hago estas referencias para ir directo al pasado mes de agosto, donde el pueblo dominicano fue testigo de un enfrentamiento de ideas expresadas por tres partidos mayoritarios a través de sus figuras más notables. Si me atreviera a faltar a la gramática, a la retórica y a la filosofía, pudiera sostener que éste enfrentamiento de ideas se hizo por medio de tres discursos; pero como no lo haré, tengo que resaltar que fue por medio de tres recursos de la comunicación muy disímiles entre sí, veamos:

  1. Tenemos el caso del presidente Luis Abinader, que no fue más que una alocución, en la que por ley tenía que rendir cuentas al país de sus ejecutorias como primer mandatario y no lo hizo, porque mediante frases discordantes y con una pobre entonación hecha desde un escenario monárquico-faraónico, trató de confundir al pueblo con cifras dibujadas que nadie creyó, en el cual le echó la culpa de su letargo económico a sus antecesores e hizo muchas promesas como un candidato opositor en campaña.
  • Lo que realizó Charlie Mariotti, fue una parodia sarcástica  de la alocución del presidente en la que pretendió ser cómico, crítico y valiente, lástima que no logró ninguna, pues ya nadie celebra sus chistes insípidos; no puede criticar malas conductas pues tienen varios funcionarios presos y otros con múltiples expedientes abiertos en los tribunales, y la valentía la da la fuerza de la razón, cosa que él no tiene; más bien lució como una persona con trastorno histriónico, que pensó estaba en una llamada telefónica con sus dilectos compinches del Zol de la mañana.
  • El presidente Leonel Fernández, en cambio, pronunció un discurso, con informaciones verídicas, atacando su objetivo con la puntería certera de un francotirador, con entonación, con un orden sistemático y cronológico correcto, con dominio de los temas y sus contextos, que concluye con un hálito esperanzador.

Este discurso ocupó los principales espacios en las redes sociales, radio, TV y medios escritos, ha provocado una revolución de seguidores y detractores como nunca se había visto. Pienso que ni la dirección política de la FP se imaginó que tendría tan grande impacto.

Nadie se ha querido quedar fuera del círculo de opiniones en torno a Leonel Fernández, de hecho, los comunicadores más respetados de este país solo atinan a decir que, debido a su gran capacidad, Leonel debió hacer más de lo que hizo, claro, que ellos no admiten que las grandes tareas de nuestro líder fueron insertar al país en los organismos internacionales, del cual se encontraba aislado, la modernización del Estado dominicano y la implementación de un Estado de derecho.

Sin embargo, podemos sostener sin temor a equivocarnos, que hay dos discursos que han cambiado el panorama político dominicano, a los cuales, con el permiso del presidente Fernández, le pondré nombre: El primero, fue el pronunciado con motivo del cierre del primer congreso Profesor Juan Bosch, “Seguimos de pie”, le llamo así, dado que ese día, les dijo a todos aquellos que hicieron lo imposible para apabullarlo, que no habían podido derribarlo. Y el segundo, fue la respuesta a la rendición de cuentas, a este le llamaría “grito de guerra”, debido a que este discurso multiplicó las fuerzas de los que estamos luchando, nos posicionó como líderes de la oposición y dijo, en 2024 vamos para el Palacio, experimentando tres semanas de crecimiento extraordinario, con juramentaciones a nivel nacional.

Esto ha generado de manera simultánea ataques venenosos contra una persona que aún no es candidato, la única explicación posible es que sus encuestas dan a Leonel Fernández como el candidato a vencer en el año 2024, por ello, quiero terminar con una frase que he usado otras veces del insigne escritor, poeta y dramaturgo español Miguel de Cervantes Saavedra en una de las obras más leídas de la literatura española y universal escrita a principio del XVI, “Don Quijote de la Mancha”: “Los perros ladran Sancho, es señal de que estamos avanzando”.