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MÉXICO, 1 sep (Xinhua) -- El Gobierno mexicano reiteró este miércoles la necesidad de transformar la Organización de Estados Americanos (OEA) en un nuevo mecanismo de integración interamericana, que garantice "un trato más parejo entre los países miembros". "Queremos proponer la creación de un sistema que no sea injerencista ni invasivo, que nos ayude a resolver diferencias cuando tengamos, pero que, sobre todo, nos ayude a resolver retos comunes que tengamos como continente", afirmó el subsecretario (viceministro) para América Latina y el Caribe de la Cancillería de México, Maximiliano Reyes. En una comunicación oficial compartida en su perfil de Twitter y los canales de redes sociales de la Cancillería, el funcionario ejemplificó que algunos de esos retos comunes son la pandemia de la COVID-19 y los desastres naturales. "Ahora mismo, esta semana, una región importante de México y el sur de Estados Unidos han padecido los efectos de los huracanes propios de la temporada y por eso estamos llamando a tener una nueva forma de organización, más solidaria, más justa, equitativa, donde haya mayor cooperación y ayuda entre nosotros", ponderó. Reyes recordó que la propuesta de transformar o sustituir a la OEA por una nueva organización fue hecha por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ante cancilleres y vicecancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en julio pasado. En ese entonces, el mandatario señaló la necesidad de construir "algo semejante a la Unión Europea", pero apegado a la historia, realidad e identidades latinoamericanas. López Obrador llamó a que la OEA se refundara o convirtiese en un organismo verdaderamente autónomo, "no lacayo de nadie, sino mediador a petición y aceptación de las partes en conflicto en asuntos de derechos humanos y democracia". Constituida el 30 de abril de 1948 con el objetivo de ser un foro político para la toma de decisiones, el diálogo multilateral y la integración de América, la OEA es acusada por varios de sus gobiernos miembros de incurrir en dobles raseros y juzgar sesgadamente asuntos relacionados con prácticas democráticas y respeto a los derechos humanos.
