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Lingüista mapuche encabeza la asamblea que escribirá la nueva Constitución de Chile

diariodominicano.com

   SANTIAGO, 4 jul (Xinhua) -- Elisa Loncón Antileo, una lingüista de origen mapuche, fue elegida hoy domingo para encabezar la Convención Constituyente que redactará una nueva Carta Magna para Chile, en la sesión inaugural del proceso para reemplazar el texto impuesto en 1980 por la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).
   Los 155 integrantes del órgano, elegidos por voto popular en mayo pasado, se congregaron en una histórica jornada, en la sede del Congreso Nacional de Santiago, para votar a quienes presidirán la asamblea y dar comienzo así a la escritura de la nueva Constitución que regirá al país austral durante los próximos años.
   La mañana estuvo marcada por manifestaciones sociales y el despliegue en su contra de las fuerzas policiales. El actuar de carros lanza aguas y gases lacrimógenos en las afueras del edificio obligaron a retrasar por más de dos horas el comienzo de esta primera cita fijada para las 10:00 horas (14:00 horas GMT), pero que arrancó pasado el mediodía sin la presencia de los poderes del Estado.
   Loncón Antileo, una lingüista y académica mapuche, doctora en Humanidades y Literatura, especialista en educación intercultural y representante de la comunidad Lefweluan, ubicada en la región sureña de La Araucanía, obtuvo 96 sufragios en una votación que se extendió por dos rondas y que requirió un espacio para la deliberación democrática de los convencionales.
   "Mari mari (hola). Un saludo grande al pueblo de Chile desde el norte hasta la Patagonia, desde el lafken (mar) a la cordillera. Tenemos que ampliar la democracia, la participación y convocar hasta el último rincón de Chile en este proceso, que sea transparente y de cara a los pueblos originarios", afirmó ella, entre mapudungun y castellano, al tomar la palabra ante el grupo.
   Loncón Antileo agradeció el apoyo depositado en una "mujer de la nación mapuche para cambiar la historia y transformar a Chile en un Estado plurinacional", al tiempo que destacó la importancia de reconocer los derechos de los pueblos originarios, las mujeres, la diversidad sexual, los habitantes de las regiones y consignar la protección de la "madre Tierra" en la nueva Carta Fundamental.
   Movilizaciones ciudadanas y ritos ancestrales tuvieron lugar desde primera hora en la capital del país sudamericano, cuando las principales avenidas que desembocan en el casco histórico se colmaron de coloridas vestimentas indígenas; cánticos y pañoletas lila y verde ligadas al movimiento feminista; banderas y pancartas alusivas a la revuelta social de 2019.
   En paralelo, la Convención Constituyente, compuesta por una mayoría de ciudadanos independientes de 45 años de edad en promedio, asumió de manera oficial el cargo en una carpa montada en el patio del Congreso, debido a la pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19).
   La conformación legal de la asamblea se llevó a cabo sin juramentos ni formalidades, como habían solicitado expresamente los colectivos de izquierda y los pueblos originarios, en una actividad conducida por la abogada y secretaria relatora del Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel), Carmen Gloria Valladares.
   Además de estar constituida por una gran parte de personas sin militancia política, esta heterogénea instancia es equilibrada entre hombres (78) y mujeres (77), a la vez que cuenta con 17 escaños reservados a los pueblos originarios del país austral, que son los mapuche, aymara, rapa nui, quechua, atacameño, diaguita, colla, kawésqar, yagán y chango.
   La vicepresidencia de la Convención Constituyente recaerá en Jaime Bassa, abogado independiente, doctor en Derecho Constitucional, académico de la Universidad de Valparaíso y miembro de la coalición de izquierda Apruebo Dignidad. Él planteó los desafíos en materia territorial, diversidad cultural y plurinacionalismo, en el marco de una sociedad "fragmentada y con la vida mercantilizada".
   En un plazo de 9 a 12 meses, la asamblea deberá discutir acerca del régimen político que desean para Chile y sobre el sistema económico que ha imperado en las últimas décadas.
   Otros temas relevantes serán la descentralización y la autonomía de las regiones, la equidad de género, el reconocimiento de los pueblos originarios, el sistema de protección social, la conservación del medioambiente y la redistribución de recursos naturales como el agua, ante la creciente sequía que sufre el norte chileno.
   El paso a una nueva Constitución surgió como parte de un acuerdo político para dar salida a la revuelta social que estalló en 2019, con protestas en contra de la desigualdad y el encarecimiento de la vida.
   El 18 de octubre de ese año, tras un llamado de estudiantes de secundaria a desacatar el alza de los pasajes del Metro de Santiago, las personas salieron en masa a las calles para rechazar el modelo económico heredado de la dictadura.
   Este movimiento social confluyó en el proceso para modificar el texto constitucional, sellado en un plebiscito el 25 de octubre de 2020, el cual obtuvo un 51 por ciento de adhesión y más de 7,5 millones de sufragios emitidos, en plena pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19).