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Acusaciones sobre «fuga de laboratorio» entorpecen cooperación mundial contra COVID-19 e impulsan acoso en línea, según artículo Nature

diariodominicano.com

   LONDRES, 29 may (Xinhua) -- Las acusaciones infundadas realizadas por algunos políticos estadounidenses de que el nuevo coronavirus se filtró de un laboratorio chino están dificultando la colaboración entre los países para poner fin a la pandemia de COVID-19 y alimentando el acoso en línea, según un artículo reciente publicado por la revista científica británica "Nature".
   "Incluso sin pruebas sólidas que lo apoyen", las peticiones de investigar los laboratorios chinos han llegado a un punto álgido en EE. UU., dice el artículo, que agrega que, en opinión de muchos investigadores, el tono de esas demandas crecientes es inquietante y podría frustrar los esfuerzos para estudiar el origen del coronavirus.
   A pesar de que algunos políticos estadounidenses alegan sin fundamento que el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, se filtró de un laboratorio chino, los científicos consideran que esta hipótesis requiere una investigación exhaustiva e independiente, de acuerdo con la publicación.
   Según científicos citados en el artículo, "la retórica en torno a una supuesta filtración de laboratorio se ha vuelto tan tóxica que está alimentando el acoso en línea de científicos y el acoso antiasiático en Estados Unidos, al tiempo que ofende a investigadores y autoridades en China cuya cooperación es necesaria".
   Para frenar la pandemia y preparar al mundo ante futuros brotes, continúa el artículo, son precisas acciones como extender la distribución de las vacunas y reformar las normas relativas a la bioseguridad.
   "Estas medidas, sin embargo, requieren un amplio consenso entre los países más fuertes", comentó Amanda Glassman, especialista en salud mundial del Centro para el Desarrollo Global, con sede en Washington.
   El aumento de las demandas y acusaciones está contribuyendo a generar una fisura geopolítica en un momento en que se necesita solidaridad, dijo por su parte David Fidler, investigador de salud mundial en el Consejo de Relaciones Exteriores, un comité de expertos estadounidense.