Mi Voz, Portada

Origen de una consigna

Por Franklin Almeyda Rancier

Santo Domingo, R. D., 3 de mayo, 2021.- El pacto entre Bosch y Balaguer apoyando a Leonel para la segunda vuelta  electoral de 1996, tiene atisbos desde la caída de Trujillola en 1961, pasando por el golpe de Estado contra el gobierno democrático de Bosch en 1963.

Ambos se constituyeron en líderes claramente diferenciados; Bosch con posiciones progresistas y democráticas y Balaguer, como se definió, “representante de los que tenían algo que perder“.

Balaguer fue  exiliado antes de Bosch ser elegido presidente en diciembre de 1962, por lo que cuando derrocaron a Bosch en septiembre del año siguiente, Balaguer seguía exiliado.

El golpe de Estado envió al exilio a Bosch, colocando a los dos líderes principales fuera del país. A partir de ese momento empezaron a tener algunos propósitos  coincidentes y enemigos políticos comunes. Ahí valió aquel adagio: “el enemigo de mi enemigo, es mi aliado”

Ambos eran, a su vez, admirados por los militares; Balaguer, por los viejos generales trujillistas y Bosch por los oficiales jóvenes de Academia e hijos de esos viejos generales. Ejemplos destacados son los coroneles Fernández Domíniguez y Francis Caamaño, hijos de los viejos generales trujillistas-balagueristas Ludovino Fernández y  Fausto Caamaño.

La organización militar contra el golpe de Estado empezó antes del golpe. De ahí que hubo preparativos segmentados dirigidos por Bosch para que cada cual hiciera lo suyo, sin enterarse uno y otro de lo que hacían.

Many Espinal era el presidente de la juventud perredeista (JRD) y era mi contacto para recibir directrices de Bosch. Como dirigente desde el ámbito universitario me correspondió vincular el movimiento estudiantil con el movimiento sindical, para apoyar sus protestas y huelgas ( Unachosín -choferes-, Foupsa y Cesitrado -poertuarios)

Para 1964 sacamos al aire una emisora de radio clandestina, montada técnicamente por Bienvenido Sandoval (técnico que grababa los díscurso de Bosch).  Nos movíamos a lugares diferentes para no ser localizados. Las arengas para enardecer eran las voces de una inteligente, valiente y hermosa joven llamada Xiomara Saladín Defilló y la otra era la mia. “El mundo es un pañuelo”, nuestras hijas, de ella Silvana y Valentina y la mia  Alejandra, son amiguísimas en España, donde viven.

Las arengas tenían un marco y era no afectar a los militares descendientes de altos oficiales de la dictadura trujillista. De ahí que cuando explotó el polvorín del campamento en Sans Soucí, a mediados de 1964, y al Triunvirato gobernante  quitarle el Fuero Universitario a la UASD, para insinuar que la explosión fue originada en la UASD, me correspondió denunciar en una manifestación universitaria que el gobierno pretendía ocultar que la explosión la originó las grandes diferencias de los militares; este diario El Caribe le dió titular principal.

La posición política de Bosch, ante el aspecto de diferencia con Balaguer para después de derrocar al Triunvirato, dio lugar a la consigna:  “retorno a la constitucionalidad sin elecciones”. Balaguer quería el derrocamiento, pero llamar a elecciones.

Iniciándose el 1965 se acordó ridiculizar cualquier proceso electoral que se pretendiera animar; me correspondió, coordinado con Many Espinal y orientado por Bosch, organizar desde la UASD  la presentación  espectacular  un candidato presidencial, que finalmente fue un burro.

El derrocamiento del Triunvirato tuvo a Bosch como estratega, acompañado por civiles y militares jóvenes, pero derivó en Revolución y en días a Guerra Patria por la intervención militar norteamericana.  

Franklin Almeyda Rancier es abogado