Cultura, Portada

Hugo Pérez, un modelo ejemplar que permanecerá para siempre

Hugo Pérez Caputo

Dr. José Rafael Vargas

Esta tarde memorable, nos congregamos para despedir a un ciudadano especial de la mocanidad, de acrisoladas virtudes, que sembró una estela que estoy seguro que no muere con su partida física.

Enseñó y practicó la cultura del servicio, y se convirtió en uno de los cerebros del desarrollo de Moca y de la provincia, desde la constitución hace 52 años de la Asociación Mocana de Ahorros y Préstamos; y más luego, hace 46 años, la Asociación para el Desarrollo de la Provincia Espaillat.

Ayer, 22 de abril, cercano a las 11 de la noche, se despidió físicamente el querido HUGO PEREZ CAPUTO. Apenas faltaba una hora para coincidir su despedida con su llegada a este mundo, el 23 de abril de 1934.


Don Hugo sobrellevó los últimos años de su vida en absoluta serenidad, sin sufrimiento, bajo la sagrada protección de su adorada esposa Carmen Comprés, nuestra querida Cacán y de la permanente compañía y especial atención de sus apreciados hijos.


Este amigo a quien hoy venimos a despedir, desarrolló una vida plena de realizaciones positivas, y el pueblo de Moca fue testigo por varias décadas de esa misión trascendente, que ayudó a transformar una parte importante de nuestra cotidianidad, con el empuje que proyectó al país la Asociación para el Desarrollo y su sólido liderazgo, que logró la concretización de infraestructuras que apuntalaron la provincia.


Por eso, si quisiéramos definir con una palabra la vida de Hugo Pérez, sencillamente solo tenemos que decir que era el HOMBRE-SERVICIO. Desde su permanente atención en su centro odontológico de la calle Córdova esquina José Dolores Alfonseca, hasta su permanente labor como mentor y vigilante social y comunitario. Estaba pendiente de todo lo que afectaba a la comunidad, y era un centro de presión de todas las instituciones de las cuales participaba.


Gracias a su sensibilidad ciudadana, fue de los que arrimó el hombro para que surgiera la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Moca, CORAAMOCA. Hay que recordar que la primera institución de este tipo que surgión en el país y que se desprendió del INAPA fue CORAASAN, de Santiago. La segunda fue Moca; y eso se debió a este mocano singular a quien hoy despedimos.


Su vida estuvo ligada de manera muy entrañable a las dos parroquias tradicionales de Moca. Como dije antes, presidió la Junta Parroquial del Rosario en una época de grandes transformaciones. También formó parte del Patronato que en el año 2006 preparó las celebraciones del Cincuentenario de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. Además, fue un militante de los Cursillos de Cristiandad, que le hizo renovar su fe y sus convicciones cristianas.


Presidió con total desprendimiento y altruismo la Junta Parroquial de Nuestra Señora del Rosario, en la primera etapa del Padre Juan de la Cruz Batista como párroco, en un momento crucial donde había que hacer las adaptaciones litúrgicas y pastorales, después del Concilio Ecuménico Vaticano II.


El único hijo de Francisco Pérez y Rosina Caputo, se tomaba muy en serio los problemas de los demás y los hacía suyos.


Muchos piensan que Hugo Pérez hubiera sido siempre el candidato perfecto a la Sindicatura de Moca, por su capacidad gerencial, su dinamismo y entrega ciudadana.


Pero la gran obra de Hugo Pérez fue su matrimonio y la familia ejemplar que creó junto a la prestante dama Carmen Eulalia Comprés Fermín, a quien todos llamábamos cariñosamente Cacán. Su matrimonio fue celebrado en la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús y presidió el Padre Antonio Flores. Con Cacán, Hugo procreó cuatro hijos: Humberto Hugo, Francisco Ramón, Rosa Luisa y Carlos Pérez Comprés. La celebración de sus 50 años de bodas fue un acontecimiento en el Cibao
En la difícil etapa política de los años sesenta, Hugo Pérez se sumó al movimiento socialcristiano, junto a un selecto grupo de ciudadanos prestantes, que luchaban por la creación de una democracia con justicia social. A los 27 años, después de la muerte del tirano en 1961, fue de los iniciadores en Moca del Partido Revolucionario Social Cristiano, conocido en ese tiempo como el partido del machete verde, junto a un grupo de distinguidos mocanos, como Artagnan Pérez Méndez, Juan Alberto Peña Lebrón, Darío Bencosme, José Abigail Cruz Infante, Claudio Isidoro Acosta (Dorito), Rafaelito Martínez, Lucas Rojas, Negro García y otros. Ese grupo llegó a tener dentro de ese partido relevancia nacional. Hugo fue candidato a regidor en las elecciones de 1962.


Fue un mocano que hizo gala siempre de su municipalidad.


Reconocido dentista. Perteneció a una generación de médicos de formación excelente. Más que dentista, era un buen cirujano maxilar. Todos recordamos aquel accidente de Benito Perdomo, que fue operado exitosamente gracias al cirujano ortopeda Elio Mella y la habilidad de Hugo Pérez como cirujano maxilar.


Hugo era activo, persistente, mediador excelente. Amante siempre del consenso.

Me atrevería a decir que le gustaba concertar. Estaba convencido de que el desarrollo solo se logra a través de la acción, la pasión y la concertación. Y él vivió plenamente esas dimensiones. Por eso, aquí se creó una cultura del consenso, y Pilo Salcedo fue el continuador de ese legado de Hugo Pérez que no debe perecer.


Hugo fue también una persona curiosa. Disfrutaba coleccionar junto a Cacán de antigüedades. Su casa parecía un verdadero museo. Tenía un antiguo sillón de pedales, de los que usaban antiguamente los dentistas. Coleccionaba espadas y hasta una pesa de las grandes denominada romana. En cada viaje al extranjero junto a su esposa, iba engrosando el caudal de piezas que podríamos llamar de colección.
Militó en los Clubes de servicio, como el Club Rotario. Su capacidad de desprendimiento daba para estar en muchos sitios a la vez.


Se entregó desde su querida ADEPE al rescate de la Casa Belliard. Los asientos rojos del auditorio de ADEPE Hugo los fue a buscar al cine-teatro que Ney Perdomo tenía en Santiago. Hasta las hornillas de la cocina de ADEPE, fueron buscadas por Hugo en el hospedaje de Santiago.


Su altruismo llegaba a saber reconocer en las nuevas generaciones, las cualidades para el liderazgo y el compromiso ciudadano. Nunca olvido, un día de lluvia intensa, en la galería de la hoy Escuela de Bellas Artes, que Hugo me dijo: José Rafael, siento que si te vas a la capital, tendrás un gran futuro. Otros como tú se han ido y ya comienzan a volar. Trata de hacer lo mismo. Y me llevé de su consejo.


Permaneció con amor en nuestro pueblo hasta que la salud le permitió estar disponible. El cariño de Hugo era más fuerte que su enfermedad. Cuando los amigos íbamos a visitarlo y le decíamos su nombre, no sabemos si entendía o no; lo que sí sabemos es que nos sujetaba fuerte la mano, como el que no quería soltarla.
Hugo fue una persona excepcional, un verdadero ciudadano, un incansable trabajador social, un adalid del desarrollo provincial y del progreso comunitario.
Ahora, en este momento, Hugo Pérez vuela al reino de la gloria, y sus hijos, sus nietos, toda su familia y sus amigos nos envolvemos en sus recuerdos imperecederos, en su infinita bondad, suficiente para tenerlo cada día con nosotros, porque los amigos que dejan huellas nunca dicen adiós.


Del Eclesiástico 41,13 aprendimos “que los días de una vida feliz son contados, pero el buen hombre permanece para siempre”.


Hugo, ahora te toca recoger en la eternidad esa gran cosecha que sembraste en esta vida, meritoria, generosa y de servicio, e ir al encuentro con Cacán.

Cuando se ha sabido sembrar, los seres humanos, al bajar al sepulcro se crecen como antorchas encendidas para las nuevas generaciones. Que esta expresión de duelo de tu pueblo se ilumine siempre con tu ejemplo de vida.