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Las tres Causales

Gran controversia ha generado en República Dominicana la inserción de las llamadas “tres causales” en la discusión del Código Procesal Penal que se discute en el Congreso Nacional.


Las causales de marras, que impulsan grupos feministas y abortivas, plantean despenalizar el aborto en tres circunstancias específicas:
1-Cuando el embarazo haya sido producto de una violación
2- Resultado de incesto
3- Cuando el embarazo ponga el peligro la vida de la madre o el feto tenga malformaciones incompatibles con la vida fuera del útero.


Por otro lado, los grupos pro vida plantean que la Constitución establece claramente que la vida es “inviolable desde la concepción” y que toda ley que viole la Carta Magna es nula de pleno derecho.


Es sabido, por experiencia Internacional y regional, que la aprobación de las tres causales es el primer paso para la despenalización completa del aborto, porque los mismos “derechos” que se alegan para la embarazada por cualquiera de las causales, aplicarían también para un embarazo fuera de éstas.


El presidente de la República, Luis Abinader, como candidato apoyaba las tres causales- aunque estaba en contra del aborto-¿? y hoy plantea que el asunto debe resolverse vía Referéndum y que sea el pueblo que en definitiva resuelva.


En Estados Unidos desde 1973, el aborto es legal por sentencia de la Corte Suprema y nadie plantea ningún subterfugio para no cumplir la ley. Si no se está de acuerdo con el aborto, lleve e impulse un caso en los tribunales hasta que se consiga que la Corte se exprese en contra pero no se puede buscar atajos ilegales. Es la diferencia entre una sociedad que respeta sus propias leyes e instituciones y otra que aprueba leyes y promueve violarlas con artimañas acomodaticias a intereses particulares.


Si en República Dominicana se quiere aborto con causales o completo; hay un solo camino legal e institucional: modificar la Constitución que lo prohíbe. Lo demás es pan y circo en una sociedad de hipocresía y de Pilatos que no quieren tomar decisiones y prefieren estar “con Dios y con el diablo” armonizando intereses nacionales y foráneos($).