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Incertidumbre marca segunda vuelta presidencial en Ecuador

diariodominicano.com

   QUITO, 8 abr (Xinhua) -- Un ambiente de incertidumbre marca las elecciones de la segunda vuelta presidencial que se celebrarán el próximo domingo en Ecuador, y los analistas vaticinan un balotaje con pronóstico reservado.
   En el balotaje se medirán Andrés Arauz, un economista de izquierda apoyado por el ex presidente Rafael Correa (2007-2017), y el centroderechista Guillermo Lasso, un ex banquero que lidera la oposición al "correísmo" y va en su tercer intento por llegar a la Presidencia.
   En entrevista con Xinhua, la analista política, Katalina Barreiro, afirmó que los finalistas llegan al balotaje con una campaña atípica por la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19), en la que ha primado el desprestigio mutuo, generando así una tensión que se va a resolver el día de los comicios.
   "Hay una incertidumbre, sí, no creo que haya certezas sobre quién podrá ser el ganador, pero definitivamente, lo que ha habido es una polarización en la población frente a las dos candidaturas", señaló Barreiro.
   Agregó que existe un nivel de malestar en la población porque no encuentra respuestas para resolver problemas urgentes como el desempleo, la salud y la inseguridad en el contexto de la pandemia.
   "De manera que eso va a repercutir mucho en la decisión del voto", sostuvo la también docente en ciencias políticas del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN).
   Barreiro añadió que en Ecuador la población "no apuesta por ideologías porque no hay posiciones políticas definidas"; por tanto, tradicionalmente se vota por el candidato que mejor ha capitalizado durante la campaña los reclamos y aspiraciones sociales.
   Arauz, de 36 años y ex ministro en el gobierno de Correa, aparece con una ventaja de 7 puntos frente a Lasso, de 65 años, cuya trayectoria como banquero le genera una imagen de élite que no sintoniza con los sectores populares.
   Para el analista y consultor político Decio Machado, la corta diferencia entre ambos hace prever un balotaje con "pronóstico reservado".
   "Las encuestas indican que habría más o menos un empate técnico en este momento, y todo lo que va a pasar en la recta final de la campaña es definitorio", dijo.
   El también sociólogo y periodista sostuvo que en el balotaje se pondrá a prueba la influencia del ex presidente Correa, pues "está claro que Correa y el ´correísmo´ siguen en el centro del tablero".
   Correa, quien fue condenado en ausencia a ocho años de cárcel por corrupción, impulsó a Arauz a la Presidencia para retomar su proyecto político "Revolución Ciudadana", de tinte socialista.
   Machado agregó que es difícil presumir quién vencerá en el balotaje, ya que no hay tendencias muy definidas y la sociedad está más polarizada.
   "Hay un claro divorcio entre la sociedad y la política en el Ecuador. Si en Ecuador el voto no fuese obligatorio, posiblemente, estuviésemos con un indicador de abstencionismo muy alto", indicó.
   En ese contexto, sostuvo que mucha gente va a votar por el candidato que considera menos malo.
   "No veo que haya capacidad de ilusión o de generar esperanza en la sociedad ecuatoriana por parte de los dos candidatos, y menos sobre los indecisos", apuntó, al remarcar que "es evidente que estamos en una situación de incertidumbre".
   El nivel de indecisos, que en la primera vuelta bordeaba el 35 por ciento, se ha reducido a entre 8 y 17 por ciento, según varias encuestas.
   Según los especialistas, en este balotaje están en juego dos modelos políticos y económicos opuestos.
   El de Arauz, que propone recuperar el protagonismo del Estado en la gestión de lo público y la economía, y el de Lasso, que plantea una mayor intervención del sector privado y que el mercado regule la economía y la sociedad.
   Ambos candidatos llegan al balotaje tras tensiones políticas generadas en el país después de la primera vuelta celebrada el pasado 7 de febrero, ante crecientes denuncias del candidato indígena Yaku Pérez, quien quedó tercero en la contienda, de un supuesto fraude. 
   Lasso pasó al balotaje con 32.600 votos de diferencia frente a Pérez, quien batalló sin éxito por un reconteo total de votos alegando un perjuicio en su contra,  hecho que llevó a movilizar al poderoso movimiento indígena.
   Según el analista político, Xavier Flores, las denuncias de fraude desgastaron a Lasso y Pérez, y no permitieron al ex banquero aglutinar a una izquierda anticorreísta que representa el líder indígena.
   "Eso debilita a Lasso, y el escenario es complicado", dijo el experto en entrevista con Xinhua.
   En respuesta a sus desoídas denuncias de fraude, el Movimiento Indígena promueve el voto nulo en el balotaje, pero Flores cree que eso "en términos generales va a ser marginal".
   Desde la perspectiva del politólogo Santiago Basabe, el voto nulo siempre es una opción aunque no la mejor, al menos en esta segunda vuelta "con una competencia cerrada entre los finalistas y unas posiciones ideológicas marcadamente diferentes".
   "Votar nulo no sólo desplaza al elector de una decisión clave, sino que lo puede convertir en responsable, por acción u omisión, de un gobierno que sea el que menos represente los intereses de las grandes mayorías", dijo Basabe, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
   Durante la campaña, que termina a la medianoche de este jueves, Arauz y Lasso han agotado su abanico de ofertas y han recorrido el país para conquistar al electorado que no los apoyó en la primera vuelta, y al 9,55 por ciento que optó por el voto nulo.
   Arauz llega al balotaje con una victoria en primera vuelta con el 32,72 por ciento de los votos, que le dieron cierta superioridad frente a Lasso, que obtuvo el 19,74 por ciento de los sufragios.
   Ambos han sumado apoyos de fuerzas políticas que participaron en la primera vuelta, pero estos respaldos no se traducen directamente en votos, ya que al final la decisión es de los electores, según los expertos.