Por Leo Hernández
Si el procurador Francisco Domínguez Brito cree que está diciendo algo nuevo al expresar su preocupación por las interceptaciones telefónicas que se realizan al margen de la ley, lo que constituye una amenaza a las libertades individuales, habrá que concluir en que el funcionario estaba de viaje fuera del país o hace mucho tiempo que está desconectado de la realidad nacional, lo que sería injustificable, conocidas sus nada disimuladas aspiraciones presidenciales. La escucha ilegal de conversaciones telefónicas es una práctica que se ejecuta casi a lo claro en el país, y que como negocio, ha resultado muy rentable para sus oficiantes, todos muy conocidos y utilizados por empresarios y políticos, del gobierno y de la oposición. Tanto es así, que esos interventores de teléfonos casi se autopromocionan ofertando sus servicios «con calidad y precisión», y presentan sus «propuestas» hasta por escrito sin ningún temor. Es más… mejor lo dejo ahí, para no decir más, por ahora…
¡Qué bueno! ¿Eh?
Los estrategas del grupo del presidente Hipólito Mejía están concentrando en «vender» la percepción de que Miguel Vargas Maldonado lo condiciona todo a que «lo señalen» como candidato presidencial del PRD para las elecciones de 2016 para aceptar los términos de «un acuerdo» que, en consecuencia, no sería tal para zanjar las diferencias que mantienen dividido al partido blanco. Con eso se busca presentar al presidente del PRD como un ambicioso, que lo cedería todo con tal de encabezar nuevamente la boleta perredeísta, que sería el clímax de sus propósitos. Pero resulta que de ser así, hace tiempo que la crisis del PRD se hubiese resuelto, ya que los hipolitistas no tienen objeciones de peso a que Miguel sea candidato, si éste aceptara, como se ha filtrado, que Carolina Mejía, la hija de Hipólito, fuera su compañera de fórmula. ¿Y Luis Abinader? ¿Está pintado en la pared? Seguiré con el tema…
2013-06-11 05:59:24
