Editorial

¿RENUNCIA O GOLPE DE ESTADO?

Por Fidel Soto Castro

Se pretende hacer creer que la noche del 25 de septiembre del 1963, el presidente Bosch renunció a la presidencia, previo al golpe militar .Tal creencia se hace tomando en cuenta que el presidente, en el trance en que se encontraba, frente al generalato, que desafiaba su autoridad, se vio obligado a usar de manera táctica la amenaza de renunciar por lo que escribió la misma en una maquinilla de escribir (Según relato del señor César Herrera, encargado de prensa del gobierno constitucional).

El artículo de Bernardo Vega, de fecha 8 de junio del 2019, publicado en el diario Hoy, con el título : LA NOCHE EN QUE BOSCH RENUNCIÓ A LA PRESIDENCIA, trata de manera arbitraria de acomodar un hecho sin relevancia, (el escrito de la renuncia), para ocultar toda la trama e intención temprana del corrupto generalato, y del MAGG estadounidense para derrocar al gobierno democrático.

Si Vega, abandonara su actitud anti Bosch, no hiciera un análisis de ese tipo, puesto que Bosch era un político de experiencia y en su larga lucha pudo adquirir un sexto sentido de la táctica política, demostrada nueve meses antes; cuando amenazó retirarse de las elecciones si el padre Láutico García, no demostraba la acusación que le había hecho. Es fácil para alguien tomar la amenaza de Bosch de no acudir a las elecciones del 62, como una prueba de que no quería ganar o participar en las elecciones del 62. Si toman ese ejemplo para afirmar que Bosch no quería ir a a las urnas, sin tomar en cuenta los objetivos perseguidos por Bosch, caerán en la misma conclusión de Vega, Guerrero y otros que toman una parte por el todo para elaborar la misma idea que se toma para justificar que el 25 de septiembre, no se dió un golpe de Estado. Fue que el presidente renunció, o mejor dicho «Se tumbó él mismo», como dijo el ministro de las Fuerzas Armadas.

La mencionada renuncia y el famoso papelito, se tiran sin ton ni son, por Vega y Guerrero; pero ocultan el plan del presidente : «Convocar al congreso de la República para renunciar ante el pueblo que lo eligió». El presidente rodeado de las hienas grises ( los generales que lo presionan para que reprima y negándole sus atribuciones presidenciales de cancelar a un militar conspirador y violador de los preceptos constitucionales); trata de ganar tiempo y movilizar sectores para la defensa del gobierno. No hay tal renuncia. No hay intención alguna de renunciar. Es la mentira para justificar el golpe. Y quienes así piensan están distorsionando los hechos para sus conveniencias, o son unos tontos que se dejan confundir con mucha facilidad.

José Martí, afirmó que : «El que pone de lado, por voluntad u olvido una parte de la verdad cae a la larga por la verdad que le faltó, que crece en la negligencia y derriba, lo que se levanta sin ella.» Efectivamente la verdad que falta, es aquella que se omite, para presentar a Bosch como un timorato e irreflexivo individuo que en ese momento difícil, pensaba renunciar. No se consultan textos donde el presidente de manera firme y gallarda enfrenta a los golpistas y le dice en reunión celebrada el 13 de julio del 63, en el Palacio Nacional : «Nosotros no hemos vuelto a nuestro país a perseguir . Nosotros somos afirmativos, no negativos. Pero en última instancia, si las Fuerzas Armadas persisten en eso, busquense otro que gobierne, porque yo no estoy dispuesto a encabezar una dictadura total o parcial en la República Dominicana.» Es la respuesta ante los generales que le piden reprimir , perseguir y deportar a ciudadanos de izquierda. Y esa actitud no es porque él está rehuyendo a su responsabilidad como presidente. Esas palabras son una demostración contundente de que el presidente no cederá ante las peticiones y amenazas de una corrupta cúpula militar de generales, acostumbrados a los métodos trujillistas.

Esconde el artículo de Vega, que un día antes, Bosch, envía a buscar al coronel Fernández Domínguez para enfrentar los planes golpistas. Ese día, 24 de septiembre, el coronel Fernández Domínguez, recibió instrucciones del presidente para que movilizara a su «grupo de oficiales, mientras él se mantendría en el Palacio Nacional en espera de que actuaran.» Pero al saber que solo se contaba con 12 oficiales, el presidente entendió que no era factible una acción militar con tan reducido grupo, porque no había garantías de triunfar. Preservar a esos oficiales, dirigidos por el coronel Fernández Domínguez, permitió que un año y siete meses después; el gobierno golpista fuera derrocado por esos y otros oficiales con suficiente base de apoyo militar que pudo barrer en 72 horas a las poderosas huestes de los generales. Es éste el hecho que se debe resaltar y difundir para que el que desconoce los acontecimientos de abril del 65, valore las causas y las consecuencias de tal acontecimiento. La tal renuncia o el tal papel que real o supuestamente se escribió y se rompió, no es el punto principal que lleve a un título y a un contenido como el que tanto Miguel Guerrero, como Bernardo Vega, quieren dimensionar para meter de contrabando su ataque a la integridad y firmeza de Juan Bosch. Parece que a los cobardes y viles les duelen aquellas palabras escritas por don Juan esa noche, desde donde se encontraba prisionero en espera de las acciones del coronel Rafael Tomas Fernández Domínguez y sus once defensores de la constitucionalidad :

«Al Pueblo Dominicano:»

«Ni vivos ni muertos, ni en el poder ni en la calle se logrará de nosotros que cambiemos nuestra conducta. Nos hemos opuesto y nos opondremos siempre a los privilegios, al robo, a la persecución, a la tortura.»

«Creemos en la libertad, en la dignidad y en el derecho del pueblo dominicano a vivir y a desarrollar su democracia con libertades humanas pero también con justicia social.»

«En siete meses de gobierno no hemos derramado una gota de sangre ni hemos ordenado una tortura ni hemos aceptado que un centavo del pueblo fuera a parar a manos de ladrones.»

«Hemos permitido toda clase de libertades y hemos tolerado toda clase de insultos, porque la democracia debe ser tolerante; pero no hemos tolerado persecuciones ni crímenes ni torturas ni huelgas ilegales ni robos porque la democracia respeta al ser humano y exige que se respete el orden público y demanda honestidad.»

«Los hombres pueden caer, pero los principios no. Nosotros podemos caer, pero el pueblo no debe permitir que caiga la dignidad democrática.»

«La democracia es un bien del pueblo y a él le toca defenderla. Mientras tanto, aquí estamos, dispuestos a seguir la voluntad del pueblo.»

Juan Bosch
Palacio Nacional,
26 de septiembre, 1963.