Mi Voz, Portada

Inteligencia norteamericana se enreda en el misterio de la violencia haitiana

Por Juan Manuel Garcia
Los técnicos de la inteligencia del Departamento de Estado norteamericano están enredados en la madeja que sirve de base al misterio de la violencia en Haití.

Y esos inteligentes asesores del gobierno norteamericano han llegado tan lejos en su ignorancia que conducen al presidente Joe Biden a desenmascararse con pronunciamientos imprecisos ante la reciente 77 Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).

El presidente Biden, pese a una larga perorata dedicó apenas dos líneas de su discurso ante la ONU para el pueblo haitiano: “Seguimos firmes junto a nuestro vecino Haití que enfrenta la violencia política atizada por las pandillas y una enorme crisis humanitaria. Y le pedimos al mundo hacer lo mismo. Tenemos mucho más que hacer”. Sólo 21 palabras para Haití y sus desgracias.
¿Por qué se enreda la inteligencia norteamericana en el misterio de la violencia haitiana?

En el programa de televisión Noticia SIN  declaró el presidente Abinader que, “el gobierno de los Estados Unidos está desconcertado por la situación de crisis que impera en Haití”. Y  le sugería la adopción de una “hoja de ruta ante esa  crisis haitiana”. Habló de comparaciones de lo de Haití con lo ocurrido en Somalia, en lo que se refiere a las bandas armadas. “Somalización”, fue el término que utilizó.
Se enredan porque desconocen, y no les importaría llegar a conocer, la idiosincrasia de la sociedad haitiana, sus raíces. Y es sencillo entenderlo: en las escuelas elementales norteamericanas no se enseña la historia de Haití, como no se enseña la historia de ningún pueblo, ni siquiera del suyo propio. Ni siquiera se enseña la propia historia de Estados Unidos.
Haití es un pueblo construido en base a la conjunción de numerosas tribus africanas, con culturas disímiles. Es una sociedad de origen tribal. Y en Norteamérica debieran enseñar a su pueblo que el origen del racismo que impera en esa nación, se encuentra en el mismo origen de la diversidad tribal haitiana.
Francia e Inglaterra secuestraron y compraron negros en África para llevarlos a los nuevos territorios que colocaron bajo sus dominios, y que denominaron América, como esclavos, para forzarlos a producir riquezas para sus amos blancos europeos.
La diversidad de tribus agrupadas en Haití llegó un momento en el que no resistieron la explotación de la esclavitud. Y se rebelaron en armas, sin haber renunciado a sus orígenes tribales africanos,  imbuidos por una decisión libertaria única, nunca conocida en el mundo. Esto los llevó hasta derrotar el poderoso ejército del Emperador Napoleón Bonaparte.

Así nació la individualista, pero tribal decisión de ser una sociedad libre. La esencia del pueblo, de la sociedad haitiana, es la decisión de ser un pueblo libre porque sí. Y mientras no se entienda así, el misterio de los desórdenes en Haití, no podrá ser enfrentado y solucionado, con la participación primaria de los haitianos.

Recientemente se ha puesto de moda en torno al tema haitiano, el nombre de Daniel Foote, ex enviado especial de Estados Unidos para Haití.

Foote “renunció al puesto para el que fue designado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, alegando que su gobierno no hacía caso a sus recomendaciones, y que, por eso sobre la migración de los haitianos, y la situación de éstos en sentido general, lo que lo estaba llevando a dar un trato “inhumano” a esos migrantes”. Eran los días en que circulaban en todo el mundo, las fotografías de los federales de Estados Unidos cabalgando en sus caballos, expulsando a latigazos a millares migrantes haitianos en la pequeña población de Del Río, en Texas.

“No voy a estar asociado con la decisión inhumana y contraproducente de Estados Unidos, de deportar a miles de refugiados e inmigrantes ilegales haitianos a Haití, un país donde los funcionarios estadounidenses viven en recintos seguros, debido al peligro que representan las bandas armadas que controlan la vida diaria”, escribió Foote siendo todavía el embajador en Haití, en su carta de renuncia, que fue difundida por PBS (Public Broadcasting Service).
Este es el mismo Foote, quien ya lejos de sus funciones diplomáticas para representar al gobierno de Estados Unidos en Haití, enfrentó los conceptos del presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, cuando éste afirmó ante la asamblea de la Organización de Estados Americanos, que lo de Haití es lo más parecido a “guerra civil de baja intensidad. Por lo que necesitamos actuar con responsabilidad. Y debemos actuar ahora, porque miles de personas están muriendo”.

A tal criterio, Foote salió al frente diciendo que  “ësto es falso: no está preocupado por los haitianos. El presidente dominicano Abinader sabe poco sobre Haití y no tiene idea de lo que se debe hacer. Que construya su muro y se mantenga al margen de los asuntos de Haití”.
Se ha puesto de moda en voces que se sienten autorizadas sobre el tema, señalar que en Haití hace falta una fuerza que enfrente con éxito la situación de caos en ese país.

Foote confirmó que recomendó a la administración de Biden que envíe una unidad de sesenta personas a Haití para ayudar a entrenar unidades de élite de la Policía Nacional de Haití (PNH) para poner fuera de peligro a las bandas armadas.

Abinader insistió al presentarse recientemente ante el Consejo Permanente de la OEA, en que en Haití tiene que haber paz, tiene que ser pacificado y que eso se logrará cuando haya una fuerza capaz de imponer esa pacificación entre los sectores y las bandas.

Más luego, el canciller Roberto Álvarez, leyendo ante la Asamblea General de la ONU, el 21 de septiembre, en substitución del presidente Abinader, pidió a la comunidad internacional colaborar para “poner fin a la violencia desatada por bandas armadas en Haití; resulta imprescindible ocuparse de la seguridad en Haití. Mientras se consolida la ayuda y la capacitación de su policía, es necesaria una fuerza robusta, capaz de poner fin a la violencia desatada por bandas armadas, infiltradas por el poder político y económico”.

Qué está pidiendo la población haitiana que toma las calles, por voz de sus dirigentes callejeros?
Que el primer ministro de facto Ariel Henry desaloje el puesto. Y que se solucionen los problemas que generan las protestas.

¿Por qué no quieren a Ariel Henry como jefe del gobierno de facto, primero instituido después del asesinato del presidente Juvenel Moïse?

La periodista María Abi-Habib, del New York Times había revelado el contenido de la declaración del sospechoso Rodolphe Jaar que implica al primer ministro Ariel Henry y al Director General de la Policía Nacional de Haití, Frantz Elbé, en el asesinato del presidente Jovenel Moïse

Empecemos por ahí.  En Haití hay con quien   hablar. Las calles     están hablando