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¿ En qué consiste la injerencia de los organismos internacionales en los asuntos domésticos?

Por Juan Carlos Espinal.

En la emergente política neoliberal pos COVID-19, los gobiernos nacionales están siendo sustituidos por los representantes del sistema financiero global, las empresas locales, las ONGs, las multinacionales y los medios de comunicación corporativos.

Este proceso geopolítico planificado por el FMI, el BID, el BM y el Departamento del Tesoro EU es claramente visible por lo que respecta a la desigualdad en América Latina y el Caribe.

Los agrupamientos económicos y políticos que en los gobiernos neoliberales está emergiendo comprende núcleos de integración de diversos estratos de sociedad civil, ONGs, movimientos sociales, colectivos LGTB y medios de comunicación de cultura similar aunque no tengan coincidencias culturales.

Las nuevas alianzas sociopolíticas tienden a unirse y es probable que los elementos culturales comunes reconcilien sus diferencias políticas.

Durante la guerra fría, el orden económico y político establecido era el resultado del dominio que las potencias ejercían sobre los dos bloques y de la influencia de esas economías en el tercer mundo.

En el mundo actual está surgiendo un mundo multipolar de una colectividad universal diversa con estilos de vida y costumbres diferentes llamada a jugar un papel hegemónico importante en el nuevo orden social y político emergente.

Ningún país, ni siquiera Estados Unidos, tiene capacidad para mantener su seguridad hemisférica a escala planetaria sin enfrentar estallidos sociales, golpes de Estado, divisiones políticas internas, desestabilización, ingobernabilidad y guerra civil.

Este mundo multicultural que nace ocupa un espacio importante dentro de las integraciones globales de los mercados occidentales con otros sistemas políticos europeo asiáticas y otras sociedades de bienestar latinoamericanas y caribeñas.

Las alianzas locales de los movimientos sociales, los colectivos populares, la sociedad civil organizada en los 158 municipios y en los 234 distritos de República Dominicana supone un reto importante en el crecimiento Electoral de los partidos políticos progresistas del siglo 21.

La disolución de los partidos políticos tradicionales de pos guerra PRSC, PRD y PLD fue espectacular.

Más lentamente, pero de forma semejante, el antiguo agrupamiento de 20 de 27 partidos políticos satélites no alcanzó 1% de los votos válidos en las presidenciales del 5/7/2020 lo que obliga a pensar en nuevos agentes de cambio con más influencia Electoral.

Esta fase histórica de la pandemia COVID-19 proporciona respuestas políticas claras y convincentes a la pregunta relativa que se vienen haciendo los analistas más rigurosos sobre el impacto de los medios de comunicación alternativos:

¿ Es República Dominicana un Estado fallidi?

La respuesta que un sector de la oposición quisiera escuchar y que varios intelectuales y políticos han apoyado explícitamente es la que sugiere el advenimiento de un bloque político hegemónico bipartidista.

De todas maneras, la division del PRM y del PLD es irreversible dentro del esquema político tradicional dominicano.

En la sociedad pos COVID-19 esta surgiendo una nueva línea política cuya fractura cultural con el establecimiento sustituye la centralidad política.

Hablando en sentido amplio, los trabajadores, los estudiantes universitarios y las amas de casa están subrayando la importancia del significado de esta línea de fractura.

Los países de América Latina y el Caribe que han hecho progresos sociales, económicos y políticos durante la pandemia COVID-19 de los que no, manteniendo estable los índices de gobernabilidad democrática, los separa una brecha científica tecnológica y los divide un arraigado crecimiento popular que explica los niveles de distancia entre ambos.

Los Estados caribeños culturalmente vinculados a Estados Unidos o la Unión Europea han decidido negar provisionalmente los acuerdos de integración de con sus aliados.

Las perspectivas de transformación social y política parecen halagüeñas en el mundo de las telecomunicaciones instantáneas, los movimientos sociales progresistas, la sociedad civil organizada y los partidos políticos policlasistas.

A medida que el proceso de reconfiguración política se intensifica el crecimiento Electoral de la insatisfacción se hará el partido político más sólido.