Opiniones

Diez años de neoliberalismo en República Dominicana

Diez años de neoliberalismo en República Dominicana

Por Narciso Isa Conde


Las cifras que vamos a ofrecer corresponden a los últimos diez años (periodo 1996-2006)

Del 1996 al 2000 gobernó el denominado Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y ejerció la presidencia de la Republica el Dr. Leonel Fernández Reina, hoy también presidente del país.

Del 2000 al 2004 gobernó el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y ejerció la presidencia del país el Ing. Agrónomo Hipólito Mejía.

El PRD y el PLD (fundados ambos por el Prof. Juan Bosch) son partidos de origen progresista que se han derechizado paulatinamente. Incluso se han neoliberalizado y corrompido.

Ambos han pactado con la peor derecha y han imitado en lo peor al Partido Reformista Socialcristiano (PRSC) que lideró el Dr. Joaquín Balaguer, heredero del tirano Trujillo, y uno de los políticos mas astutos y perversos de nuestra América.

Balaguer fue figura señera de la tiranía de Trujillo (1930-1961) y después de ajusticiado el tirano gobernó la Republica Dominicana en cinco periodos constitucionales y medio (1966-1978 y 1986-1996).

Balaguer ha sido el gran corruptor de la llamada “clase política”.

A una concepción de Estado creciente se le han sumado los efectos nefastos de los políticos neoliberales vigentes desde 1984 hasta la fecha.

Ahora el país esta intervenido por el Fondo Monetario Internacional (FMI), a través de un acuerdo Stand By y firmó el TLC con EE.UU. y Centroamérica, pendiente ahora de ejecución.

Si hay algo común en el quehacer político de los principales dirigentes del PLD, PRD y PRSC es la corrupción y el neoliberalismo. Las tres cúpulas sirven al proceso de recolonización neoliberal y se sirven de las gestiones de gobierno para enriquecerse y enriquecer a sus socios empresariales.

Hay claras diferencias entre uno y otro, pero siempre secundarias. Cuestión de estilos, formas de competencia, discursos, poses, niveles de inteligencia y habilidades.

Por ejemplo el PRD equivale al desorden institucionalizado. Roba dentro del desorden y torpementeEs más populachero y más vulgar.

El PLD, por el contrario, roba ordenadamente. Es disciplinado. Es más hipócrita, más simulador.

El discurso del primero es más tradicional.

El del PLD es más fino y con más eses, más de la era globalizante y sofísticadamente neoliberal.

La alternativa entre uno y otro equivale a malo sobre malo. Y malo sobre malo siempre da peor.

Y esto se ve clarísimo en los numeritos que ofrecemos a continuación en relación con la última década de gestión económica gubernamental, todo esto bien condimentado con sucesivos escándalos de corrupción y persistente impunidad de sus protagonistas incluidos los propios “Jefes de Estado”.

NUMERITOS NECIOS

Diez años (1996-2000). Dos desgobiernos y la mitad de otro. Y unos numeritos que acusan a esta mezcla malvada de neoliberalismo y corrupción.

Dios los crió y el Diablo los juntó.

Uno acusa al otro. Uno lo hizo mal para el otro que ganara. Los dos le dieron continuidad a las fórmulas neoliberales para no desobedecer ni a los halcones de Washington ni a la oligarquía financiera voraz.

 Resultado: diez años de empobrecimiento atroz.

El gobierno PRD-Hipólito (PPH) tomó prestado 1,100 millones de dólares en “bonos soberanos” para pagar en ese periodo solo de intereses 876 millones de dólares.

El gobierno del PLD tomó prestado en bonos soberanos 300 millones de dólares para pagar 510 de intereses. Todavía peor, de mal en peor.

En total, comprometieron por esa vía al país con una deuda de 1,400 millones de dólares, para pagar solo en intereses 1,386 millones de dólares ¡Cogieron prestado 1,400 y hay que pagar 2,786 millones de dólares!

Todo esto para no transgredir las normas neoliberales del FMI que obligan a pagar una deuda onerosa e impagable, aun sea a costa de más endeudamiento.

Y así, en esos diez años de administraciones perredeistas y peledeistas, la deuda externa contratada subió de 3,807 millones de dólares a más de 10 mil millones de dólares. Y  el pago anual de la misma consume más de la tercera parte del presupuesto nacional.

En esos diez años:

La gasolina premium subió de 12.65 pesos dominicanos a 33 pesos el galón..

La gasolina regular de 20 pesos el galón a 132 pesos.

El gasoil de 12 pesos a 99 pesos.

El gas propano de 174 pesos (el tanque de 100 libras) a 1,200 pesos.

Y tengan en cuenta que esos precios no reflejan exclusivamente los aumentos del precio del petróleo en el mercado mundial, sino también un enorme impuesto destinado al pago de la deuda externa; cumpliendo así una de las exigencias de la camisa de fuerza neoliberal (FMI, Banco Mundial…), como también su nefasta política impositiva dirigida siempre contra los consumidores (impuestos indirectos)

Esa línea de imposición, dócilmente aceptada por esos gobiernos neoliberales, condujo a un aumento del ITBIS del 6 al 16%, con el consiguiente impacto inflacionario.

El   impuesto a las telecomunicaciones fue elevado del 6% en 1996 al 28% en el 2006.

El precio por minuto consumido en las llamadas telefónicas aumentó de 10 centavos en 1996 a un peso en el 2006.

El pasaje del transporte público subió de 2 pesos en 1996 a 12 pesos en el 2006.

El kilovatio hora de electricidad se disparó de 60 centavos a escalas que van desde los 3.50 hasta lo 1000 pesos.

Los aumentos en todas estas vertientes, que a su vez gravitan fuertemente sobre otros renglones, van desde el 261% al 1,666%, según cada caso.

Los ingresos mínimos y medios cubren entre la tercera parte y la mitad de la canasta familiar.

La salud se ha deteriorado a niveles dramáticos.

La educación está entre las peores del continente.

El 75% de los (as) niños (as) tienen serias deficiencias de alimentación.

Cuando crece la economía solo crecen los de arriba. Y cuando no crece también se las ingenian para seguir enriqueciendo a unos pocos y matando de hambre a los demás.

En verdad, ni el crecimiento es tan alto como lo pintan, ni el desempleo y el subempleo son menores. La sociología estadística sirve para hacer todo tipo de trucos en el contexto de estas “economías de servicios” y/o “especulativas”, que oscilan entre fases de expansión y periodos de estancamientos y depresión.

De acuerdo a estas cifras, la mayoría de las cuales han sido ofrecidas por el Instituto Schiller, el empobrecimiento es cada vez más alarmante.



Porque las cifras “macro” del oficialismo dicen lo que le interesa al orden económico y social dominantes, pero estas informaciones muestran la capacidad de penurias y sufrimientos que son capaces de generar diez años de políticas neoliberales.

El pelendenque no es nada casual.

Por eso es válido plantear que esta mezcla de neoliberalismo y corrupción, común a todas las facciones de la partidocracia pervertida, hay que arrancarla de raíz y sin contemplaciones.

¡Está bueno ya de gobiernos virtuales y farsas publicitarias!

2006-10-24 12:59:10