Energías renovables
Por José Reyes Martínez
Especial para DD
Son muchas las razones para que nuestros congresistas modifiquen el proyecto de Ley General de Electricidad que busca incentivar el desarrollo de fuentes de energías renovables del país.
La primera es la necesidad de dotar de soporte jurídico a la nación para promover entre los inversionistas la importación de las tecnologías y los equipos que requieren el desarrollo sostenido, abundante y competitivo de energía alternativa.
Así lo están haciendo otros países de la región, que no soportan la inestabilidad y los altos precios de un producto fuertemente matizado por factores geopolíticos y económicos, como lo es petróleo que importamos.
En la Republica Dominicana, por ejemplo, por cada dólar que aumenta el petróleo, el costo de nuestra factura petrolera se incrementa en 50 millones de dólares, lo que significa una insoportable sangría para nuestra balanza de pagos.
La segunda razón es que el país cuenta con todas las condiciones naturales – viento, sol y mar- para desarrollar y aprovechar ventajosamente las fuentes naturales de energías, como la eólica, solar y marítima.
En España, por ejemplo, se utiliza y promueve con buenos resultados y en múltiples actividades hogareñas y productivas, la energía solar y eólica, más que en cualquier otra nación europea.
Con más razón, la Republica dominicana que es una isla tropical y tenemos más horas de sol que la nación ibérica, tiene todo el potencial para el fomento de energías limpias y renovables.
El país cuenta también con un gran potencial para la producción de biomasa, que son los residuos que se producen de las actividades agrícolas y forestales, cuya transformación generan combustibles para uso de los vehículos.
Estos residuos, en que más del 80 se convierten en basuras que no se utilizan, tienen un gran poder de combustión, un alto nivel de energía calorífica y su quema no produce humos ni contaminación, además de que contribuye a evitar la deforestación.
En adición, la región fronteriza del país cuenta con suficientes zonas desérticas y mano de obra, que pueden ser bien aprovechadas para la producción de biodisel y biogasoil, mediante la siembra y extracción de aceite de la planta de higuereta.
La inversión en biodisel es bien rentable, porque como sustituto de los derivados del petróleo caro, es de mejor calidad ambiental, de mejor conservación de los motores y una fuente inagotable de combustible que produce 1320 litros por hectárea.
Brasil, India, China, Argentina y otros países, cultivan la higuereta en grandes extensiones, no sólo para uso medicinal y energético, sino también para la producción de diversos artículos de consumo y de exportación.
En definitiva, la Republica Dominicana cuenta con abundantes fuentes primarias de energía renovable que pueden ayudar a reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles que importamos. El asunto ahora es modificar la Ley General de Electricidad para desarrollar su necesaria y vital explotación.
El autor es periodista
jr_reyes_16@hotmail.com
2007-01-15 18:03:27