Editorial

Igualdad sí, discriminación No…

Igualdad sí, discriminación No…

La reforma constitucional obliga a vencer prejuicios para eliminar distintas formas de discriminación en la sociedad dominicana. Verbigracia, garantiza los derechos de la mujer, los discapacitados y las personas de la tercera edad. Conforme la ley, en el país hay igualdad jurídica para la mujer y el hombre, pero cada cierto tiempo conocemos historias de violaciones. Los discapacitados han sufrido discriminación hasta en el régimen contributivo de salud.

La reforma les garantiza los servicios de la seguridad social y el subsidio alimentario en caso de indigencia. Personas mayores de 45 años sufren discriminación en el mercado de trabajo; son «especies» de excluidos y excluidas. La reforma establece el Estado debe promover las condiciones jurídicas y administrativas para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas para prevenir y combatir la discriminación, la marginalidad, la vulnerabilidad y la exclusión; «La mujer y el hombre son iguales ante la ley.

Se Prohíbe cualquier acto que tenga como objetivo o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad de los derechos fundamentales de mujeres y hombres. Se promoverán las medidas necesarias para garantizar la erradicación de las desigualdades y la discriminación de género». Obliga al Estado a promover y garantizar la participación equilibrada de mujeres y hombres en las candidaturas a los cargos de elección popular para las instancias de dirección y decisión en el ámbito público, en la administración de justicia y en los organismos de control del Estado. Recuerda: «Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley. «y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de género, color, edad, discapacidad, nacionalidad, vínculos familiares, lengua, religión, opinión política o filosófica, condición social o personal?.

Los «críticos» reiteran: «la reforma no ha traído nada nuevo», pero los ciudadanos y ciudadanas aprecian y disfrutan la dimensión del rango constitucional. Los voceros deben dejar de hablar de oído y leer el contenido de la reforma constitucional. De lo contrario, los que se resisten a entender que la vida tiene sentido humano cuando concibe el mundo ideal como el que garantice la igualdad para todos y todas, se llevarán sorpresas desagradables y serán merecedores del desprecio colectivo.

2010-11-28 17:00:48