Editorial

Trujillo traicionó a Horacio Vásquez

Trujillo traicionó a Horacio Vásquez

El presidente Horacio Vásquez conocía detalles de Rafael Leónidas Trujillo Molina que lo estimularon a apreciarlo. Sabía que Trujillo lo admiraba desde que era un adolescente, pues la historia de Horacio era muy interesante para los jóvenes que nacieron en la última década del siglo XIX. Cuando participó en el plan que culminó con el asesinato del dictador Ulises ?Lilís- Heureaux, Trujillo (1891-1961) no había cumplido ocho años.

Su pariente Virgilio Álvarez Pina cuenta en su obra «La Era de Trujillo: Narraciones de Don Cucho», que Trujillo fue creciendo y gracias a su abuela materna, doña Erciná Chevalier, pudo recibir la educación primaria. «No era amante de los estudios, aunque gustaba de la lectura de los grandes maestros y de la poesía». Don Cucho apunta: «Tanto él como yo, simpatizábamos con Horacio Vásquez, participábamos en algunas manifestaciones a favor del líder mocano, pero dentro de nuestras limitaciones propias de la edad. Trujillo, teniendo trece o catorce años, empezó a trabajar en su pueblo natal. Carecía de medios económicos y como le gustaba vestir correctamente y lucir «pepillo», como se decía en la época, se vio obligado a emplearse en diversas labores, desde mandadero, cuidador de caballerizas y telegrafista, trabajo este último que le consiguió su tío Plinio y en el cual progresó rápidamente.

Cuando ingresó a la Guardia Nacional, en 1919, ya se había casado con Aminta Ledesma, su novia de juventud. De ese matrimonio nació Flor de Oro?. En la vida militar alcanzó el rango que le daría lo que ambicionó desde los días en que se incorporó a su primer empleo: dinero, prestigio y poder político y militar.

El presidente Horacio no advirtió lo que ocultaba Trujillo, mucho menos que pudiera conspirar contra su régimen. Como su esposa, Trina de Moya, llegó a verlo como un hijo. «El vicepresidente José Dolores Alfonseca y el ministro en Washington, licenciado Ángel Morales, le plantearon reiteradas veces al presidente Vásquez, de manera directa, sus convicciones de que el brigadier Trujillo complotaba de manera abierta para derrocar el Gobierno. Don Horacio hacía caso omiso de estas denuncias, quizás pensando que los dos funcionarios eran los principales detractores de Trujillo dentro del Gobierno». Le dio crédito a los rumores cuando se lo explicó su cuñado Martín de Moya. Inició una vigilancia sobre las actividades del Jefe del Ejército. La reacción se produjo tarde, nadie impediría el derrocamiento del presidente Horacio, porque descuidó los pasos de un ambicioso.

Trujillo no enseñó su sable hasta el día del golpe.

2011-05-29 18:45:30