Editorial

El tiempo ordena

Joaquín Balaguer fue un político inteligente. Tuvo una capacidad de espera que desesperó a muchos de sus adversarios y adversarias. Era capaz de ser amplio y espacioso con los «críticos» enconados. Cuando enfermó su dolencia causó mucha preocupación en el país porque era un líder político y ex Presidente de la República de una incidencia extraordinaria en la vida nacional. No hubo una decisión importante que pasara sin que líderes de la Nación lo consultaran. Balaguer nunca casó, pero algunos de sus opositores llegaron hasta pedirles consejos matrimoniales. Durante más de 40 años fue el político más denostado por sus opositores. Esto en lugar de debilitarlo como político o Presidente de la República, lo hizo más influyente en la sociedad dominicana. Nada lo desesperaba. Sustentaba el criterio de que hay que dejar las cosas ocurran en lo que consideraba como su tiempo. «Uno de los secretos del éxito en la vida pública consiste en saber esperar. Quien se impacienta, acicateado por sus ambiciones legítimas o no, corre el riesgo de tropezar y se expone innecesariamente al fracaso». A distancia se ve que la actitud de una parte de sus adversarios y la manera de reaccionar del político de Navarrete, acrecentó su influencia y estimuló su deseo de vivir. Mas, le granjeó el reconocimiento de muchos hombres y mujeres que no participan en política partidista. Su inteligencia emocional se imponía en las circunstancias más difíciles. No respondía las palabras afrentosas de sus detractores. Pensaba hay realidades que sólo el tiempo puede poner en su lugar. Tuvo tiempo para todo. Hasta los 96 años fue político de «los pies a la cabeza». No le gustaba cambiar de casa ni de los bienes de uso cotidiano, pues tenía la idea de que hay cosas y personas que traen mala suerte. El tiempo obraría a su favor Balaguer fue un caso excepcional en la historia dominicana. De los principales caudillos dominicanos el que más vivió fue Buenaventura Báez, cinco veces Presidente de la República. Murió de 72 años exiliado en Hormiguero, Puerto Rico, Pedro Santana a los 63 años, Gregorio Luperón, a los 58 años, Ulises -Lilís- Heureaux, asesinado a los 54 años, Horacio Vásquez, falleció a los 62 años, y el dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina fue eliminado a los 70 años. Participó en el golpe que derrocó al presidente Horacio Vásquez. Pena que en la política dominicana algunos de los hombres y mujeres que quieren ocupar la primera silla no se interesen por el estudio de la sociedad y su historia. Su actitud permite comprender por qué hay adversarios que promueven a Leonel cuando lanzan sus dardos contra el Presidente de la República y líder del PLD. La historia siempre es importante.

Mirador

Héctor Tineo/El Caribe

2012-03-25 12:54:29