Politica

Carta Abierta al Dr. Jaime David Fernández Mirabal: Rafael Méndez

“Parece que en el proceso de producción, o de cocción, quien fuera un
producto político, el doctor Jaime David, no quedó bien terminado, más
bien parece que salió de la fábrica con algunas fallas de origen”.

Desafortunado, es el calificativo más considerado con que se debe
calificar las declaraciones del doctor Jaime David Fernández  Mirabal,
en las que reitera las críticas al doctor Leonel Fernández por haber
hablado de que el PLD es una fábrica de presidentes.

Con declaraciones reiteradas como la indicada el doctor Fernández
Mirabal luce como un político agotado, repetitivo, escaso de
argumentos y con una muy débil y desfasada interpretación de la
coyuntura en la que a todas luces  busca entrar en el debate de
opinión.

Solitario, sin que ningún sector de sociedad mire para donde él, y
mucho menos que lo valoren como un político que pueda liderar alguna
causa, a no ser una competencia de caballito de palos o resbaladera
para ver quién llega primero a la cima de la montaña.

El doctor Jaime David no tiene autoridad moral ni política para ser
tan reiterativo contra el doctor Leonel Fernández, tomando como
desactualizado armamento en torno a lo que en una ocasión proyectará
el pasado presidente del PLD.

Ha de suponerse que en su condición de vicepresidente de la República
y luego en la búsqueda de la candidatura presidencial del PLD, el
doctor Jaime David, como producto político fue elaborado en la fábrica
que el ex mandatario Fernández enunció.

Y que es de la primera edición, junto con Felucho Jiménez y Danilo
Medina, quienes compitieron en el mismo certamen interno para los
comicios del 2000, siendo el doctor Leonel Fernández Presidente de la
república.

Parece que en el proceso de producción, o de cocción, quien fuera un
producto político, el doctor Jaime David, no quedó bien terminado, más
bien parece que salió de la fábrica con algunas fallas de origen.

Y que a todas luces, esas fallas de origen, a pesar de que lo
volvieron a introducir al proceso de cocción, no fue posible
corregirlas, de forma tal que de manera airosa entrara a la carrera
del mercado electoral con algunos aditivos que le permitieran ver más
allá de la curva, por lo que no doble a tiempo y se estrelló.

Es por tales motivos, que al parecer, el ex vice y ex miembro de la
Junta Monetaria, anda en busca un culpable de que como producto
político haya quedado chambuqueado, aunque en un tiempo demostró ser
un excelente alumno del doctor David Owen, autor del concepto Síndrome
de Hubris, y por eso proclamado con tanta euforia que tenía muy bien
aprendida la primera lección, pero lo que no aprendió fue la primera
colisión.

Y porque su sobrevaloración le marcaba el camino de seguir para
arriba, más arriba y mucho más, y no subiendo y bajando, como enseña
el librito, comenzó a cosechar los resultados de sus erráticas líneas
de incoherencia, escasa visión de coyuntura, de saber esperar, de
tener coraje, y de ahí que dejara el proyecto a la deriva, sin
importar dejaba a la deriva y frustraba a toda una generación que
creyó en su proyecto presidencial y en él como líder”.

  “La experiencia se le sube a la cabeza: empieza a tratar a los
demás, simples mortales corrientes, con desprecio y desdén. Este
exceso de confianza en sí mismo lo lleva a llevar a interpretar
equivocadamente la realidad que le rodea y a cometer errores. Al final
se lleva su merecido y se encuentra su némesis que lo destruye”. Dr.
David Owen “El Poder y en la Enfermedad .Enfermedades de los jefes de
estado y de gobierno en los últimos cien años”, pág., 27.

Lic. Rafael Méndez
Periodista-Ex Diputado

Enviada por Ohelmis Sánchezecosdelsur01@gmail.com