Cultura, Portada

Palabraje de la vida cotidiana de Reynaldo Disla

Por David La Hoz

Siempre me he preguntado el por qué no es fácil encontrar en la literatura nacional, un autor que se refiera, con lenguaje literario, al diarismo, a la vida cotidiana, al “ser y la nada” como diría Albert Camus. La vida cotidiana tiene esa pesadez de lo inmediato y una gráfica fotográfica cuya obviedad pasa muchas veces desapercibida, precisamente, por su obviedad. Sin embargo, la métrica francesa, los autores franceses como los autores rusos, encabezados por Antón Chejov, no creen que esta deba ser obviada, por el contrario, piensan que ella puede ser ocupación de poetas y literatos e, incluso, de teatreros. Eso es lo que hace Reynaldo Disla en su “Palabraje”, referirse a lo obvio, a lo cotidiano, al diario vivir llevado a la poesía, a la literatura, la la dramaturgia.

Desde esta perspectiva, puede ser llamado el Jacques Prévert dominicano, el hacedor de la narrativa que describe lo obvio con sentido reflexivo, no porque se refiera a nada, o porque dedique su Palabraje al “teórico mayor”, Jimmy Sierra, sino porque la Virgen de la Altagracia lo motiva a emigrar a las caderas de JLO, hasta llegar de oficio, oficina a oficinista. Para pasar luego a “Longitudes X abuela”, hasta “Día Ángelo, noche.”

No por Chencha y Bonyé sino por “Peladas palabras”, Dedo atolondrado por la justicia, La R alá Cía. CXA. Porque sí, Ave Nuncio tiene entre nosotros un contenido que habla de cosas feas pero reales del representante del Vaticano.

No sin olvidar al inolvidable Fremio, de demos gracias hasta demos fuego, porque el derecho enloqueció a un loco lucido que además de elocuente, era sabio y pacífico, sobre temas jurídicos y políticos de la fauna política y jurídica nacionales. Para entrar en vigente incinerada. Hereje incendiada, la democracia. Pero no por Marino Zapete, ese otro loco no del derecho sino de la comunicación, del periodismo, que, se refiere a la democracia, a la justicia, a la política desde perspectivas no convencionales pero si atípica con relación al medio. Eso sí, los torpedos son para la Navidad no para los pedos hasta: En pre duro durísimo. Esto es: los emprendedores más emprendidos los encontramos en el teatro.

Así, Pálidas peludeces, para Disla, son palabras que nada dicen o que no dicen nada. Es decir, se trata de Pandaña electoral nostra danza mortal detrás de turpenes, yuleydies y yipetas no sobre carreteras y avenidas sino sobre un pobre pueblo. De ahí pasa a los consejos de un sabio: Aristóteles Ruiz (Aris), hasta la Festa sobre Pedro Albizu Campos, Juan Antonio Corretjet  y Lolita Lebrón para adentrarse sin entrar, al espaninglis y pasar así hacía la Olímpica Maquinaria donde se declara con 800 millones del patrimonio público, un muchacho que vivía en una rancheta solo con ser funcionario. Sin lugar a dudas, se trata de una “Transparencia ministerial”, hasta llegar a la secretaria de Juan Carlos Calderón compositor.

Es así como llega “Dizque loa a René Pérez y se chorrea la letra, peludo de palabras. Hasta decir un Adiós sin un pétalo por ser una variación de Llueve de Vicente Aleixandre. Es así como llega a “la otra Yelidá” sobre un cielo de cocos nublado de sardinas con Franklin Mieses Burgos en la “Elegía por la muerte de Tomás Sandoval. Para exclamar “? No me vas a hacer nada, idiota? Pues, usted ensució mi alma con su boca.

Así tenía que ser Palabraje es un Prólogo Epílogo en solitario que pasa a referirse a “Palabraje.”

Es como cuando se dice de Jacques Prévert que, Su poesía recurre a neologismos, dobles significados, imágenes insólitas y está permeada de retruécanos burlescos y lapsus voluntarios que producen efectos cómicos e inesperados, de un humor a veces negro y a veces erótico. En sus poemas abundan los juegos de sonidos: aliteraciones, rimas y ritmos.

En cambio, en Reynaldo Disla, los dominicanismos permean toda su cotidianidad  conceptual hasta colocarlo en una inmersión, en lo cotidiano, que hace que todos sus congéneres que habitan el micro mundo de la República Dominicana, comprendan y sepan a qué y por qué hace referencia a esas minucias diarias que todos pasamos desapercibidas pero que, todos saben que se encuentran presentes en nosotros mediante hilaridad, sarcasmos, náuseas, repudio, amor y odio, admiración e incluso disconformidad con el presente. DLH-14-10-2021