Mi Voz, Portada

EL DESGARRADO CORAZÓN DE ELSA PEÑA NADAL Y LA ORGÍA DE SANGRE DE LOS CANCERBEROS

Elsa y Tatica frente a los sicarios

Fidel Soto

Un largo prontuario delictivo se acumuló en la fuerza del orden público. En vez de cuidar, robaban y mataban. Durante 30 años se le enseñó esa práctica . El presidente Bosch, con otra visión y principios trató de cambiar la herencia, pero fue derrocado y desde ese momento se continuó en el mismo camino de esa horrible dictadura, pero multiplicada en crímen, saqueo y robo.

Dos tenientes, cachorros de grandes cancerberos : Núñez Peña y Arias Sánchez, mordían a sus presas ante las miradas indiferente de un Cortesano, cuya indiferencia venía desde aquellos crueles 30 años. En fin, sus manos – creía él- no estaban sucias de sangre y «la corrupción se detenía en la puerta de su despacho.»

Los monstruos recibieron la orden : Nadie vivo. Todos muertos. No se leería la retahila de nombres como en junio del 59, por la radio y la televisión. Se anunciaría después del asesinato.

Esa triste y dolorosa mañana Homero y Elsa, salieron a cumplir sus tareas políticas revolucionarias, en un volswaguen (cepillo) que fue símbolo móvil de los mismos que ahora los perseguían.

Se instaló la emboscada en la calle San Cristóbal. Medio centenar de sabuesos, sedientos de sangre lo rodearon. Homero salió con los brazos en altos. Lo acribillaron. Arias Sánchez, con su tufo de ron y sangre se acercó al cadáver y disparó en su cabeza. El temor era tan grande que tenía que asegurarse de esa muerte.

Elsa, ese mismo día, estando presa en el Palacio de la Policía Nacional escuchó una voz : «Elsita, yo no tuve que ver con la muerte de Homero. Yo lo quería mucho.» Era la voz de Cholí, aquel joven impetuoso. Fue dirigente medio del 1J4. Fogoso y ditiramboso. Tres años antes se había declarado pacorediano. Al momento del asesinato de Homero, era el jefe de una banda de asesinos, dirigida por el general Pérez y Pérez.
Cholí- Macorís- o Ramón Pérez Martínez se presentaba en las cámaras televisivas como el Gran Jefe del Frente Democrático Anticomunista. Tenía nuevos «compatriotas», y se dedicó a perseguir y matar a sus antiguos camaradas. Con él estaban varios : Sebastián Haide Bonetty, Rafael Núñez y otros que cambiaron militancia de honor y gloria por «tabaco y ron» .
Cholí, se infló de tantas malicias que en él se cumplió la frase de Juan Bosch :

«¿ No es acaso cierto que el traidor, para ejecutar su felonía, destapa en el fondo de su alma un depósito de odio, como si para justificar su infamia necesitara racionalizarla y convertirla en un acto de justicia ? «

Así piensan hoy, los hijos de los verdugos y los verdugos mismos, tratan de pasar sus crimenes como acto de justicia.

Un año después, el teniente Núñez, ¿ se suicidó? El teniente Arias Sánchez, fue ascendido a capitán como premio de matón. En el 73 asesinó al periodista Gregorio García Castro. Cometió el crimen con varios policías más vestidos de civil. El Departamento de Contra Homicidios de la Policía Nacional, envió un equipo a investigar el crímen. Lo dirigía un capitán uniformado : Arias Sánchez. Lo vió Tatica y se horrorizó. Ella presenció el crimen y reconoció al asesino, el que dos horas antes, había disparado contra García Castro.

Tatica, igual que Elsa Peña, son la viva expresión de la mujeres valientes y heroicas de la República Dominicana. Elsa denunció a los asesinos. Mataron a Homero delante de ella. Lo mismo hicieron con Amín, Chapó, Otto y tantos más. Desgarraron su corazón, pero no su conciencia. Quedó altiva y activa en la permanente lucha por los ideales de democracia, paz y libertad.

Tatica, fue al tribunal y señaló al capitán Arias Sánchez. Ella no tenía miedo. Murió hace años y nos dejó ese grato recuerdo de firmeza y de no rendirse nunca. Es lo que hace Elsa hoy y siempre, no sólo por la memoria de Homero Hernández, sino por el sufrimiento de todas las madres y esposas, por el sufrimiento de todo el pueblo y por la fé en el porvenir de justicia y libertad.

Fidel Soto

Dedicado a Elsa Peña.

21-09-21.