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Países en desarrollo necesitan ayuda financiera e influencia en instituciones multilaterales: AGNU

diariodominicano.com

   NACIONES UNIDAS, 23 sep (Xinhua) -- Los países en desarrollo están sufriendo desproporcionadamente los efectos económicos de la pandemia de COVID-19, advirtieron líderes mundiales en el debate general del 76° período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU).
   El debate continuó el miércoles con mensajes de video en tiempo real y pregrabados de 29 jefes de Estado y de gobierno, quienes pidieron más financiamiento y más voz para los países en desarrollo.
   El presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, hizo hincapié en la necesidad vital de adoptar más iniciativas sobre financiamiento del desarrollo y alivio de la deuda para apoyar a los países en desarrollo con el fin de que puedan salir de la incertidumbre.
   Su país ha sufrido enormemente por la pandemia, dijo. En particular, el turismo, un sector del que vive cerca de 14 por ciento de la población, ha sido devastado, junto con las pequeñas y medianas empresas en muchos otros sectores.
   El presidente de Ghana, Nana Addo Dankwa Akufo-Addo, también expresó su preocupación por la estructura actual de las organizaciones económicas mundiales, subrayando que han demostrado ser inadecuadas para los países en desarrollo, y pidió una revisión constructiva basada en la equidad, la sostenibilidad y la prosperidad colectiva.
   De hecho, las instituciones multilaterales clave, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o la Organización Mundial de la Salud (OMS), deben reposicionarse para reflejar la inclusión y la cobertura representativa con diversos líderes en la mesa, dijo, y agregó que admitir a la Unión Africana en un Grupo de los Veinte (G20) expandido tendría un efecto reactivador.
   Un aumento en la representación redefiniría la política global y permitiría un mundo más inclusivo y sostenible, señaló.
   El presidente de Surinam, Chandrikapersad Santokhi, pidió el desarrollo de una estrategia posterior a la pandemia, enfocada en mejorar los niveles de vacunación, reconstruir las economías y establecer un fondo de recuperación con el apoyo de instituciones financieras internacionales y el sector privado.
   "El acceso al financiamiento con condiciones favorables es de vital importancia para reiniciar nuestra economía", dijo, y pidió el apoyo del Índice de Vulnerabilidad Multidimensional, propuesto por los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo.
   Algunos líderes informaron sobre sus propias soluciones de desarrollo positivas a raíz de la crisis económica. El presidente de Madagascar, Andry Nirina Rajoelina, declaró: "Hemos visto que no todos somos iguales" y dijo que países como el suyo han tenido que depender de "soluciones locales" como su "mejor arma en esta lucha".
   Cuando se habla de países en desarrollo, a menudo se pone en primer plano en la arena internacional el "lado sombrío de la historia".
   Respecto a África, existe una tendencia a ensombrecer la realidad. "Es hora de que esta percepción cambie", dijo. "Debemos dejar de hacer uso de estos prejuicios y pasar a nuevas ideas".
   El presidente de Mongolia, Ukhnaa Khurelsukh, dijo que gracias al mecanismo COVAX y al apoyo de otras naciones, el 65 por ciento de la población de su país ha sido vacunada. Mientras tanto, la propagación de la COVID-19 está disminuyendo, y el Gobierno está trabajando para restablecer la normalidad en la vida cotidiana.
   La crisis de la COVID-19 también reveló que el sector de la salud es tan importante como el de la defensa, y que requiere una mejor gestión de riesgo y preparación, así como una mayor inversión, señaló.
   El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, planteó su preocupación por el acceso justo a las vacunas contra la COVID-19 y cómo están siendo tratados desigualmente los países en medio de los esfuerzos para distribuir las dosis de forma rápida y eficaz, e instó a la transformación del sistema de salud mundial, incluida la OMS, para mejorar la situación y garantizar el acceso oportuno y equitativo a las vacunas.
   El presidente de Malawi, Lazarus Chakwera, dijo que la distribución de vacunas es el punto de partida para acabar con la pandemia, ya que el mundo debe decidir ahora entre un futuro de solidaridad o uno de codicia, en el que los países acaparan dosis que salvan vidas.
   Las tasas de inoculación son de menos de 2 por ciento entre los países menos desarrollados y en los 16 países miembros de la Comunidad de Desarrollo de África Austral, advirtió.
   Con un acceso limitado a las vacunas, Malawi recurrió a la prevención, aplicando un plan de respuesta que permitió controlar tres oleadas de la pandemia sin imponer cierres.
   Al describir otra condición desigual, dijo que las naciones desarrolladas que contaminan el planeta ahora deben pagar los 100.000 millones de dólares de "cuotas de limpieza" que prometieron en el Acuerdo de París.
   El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo que, al igual que la lucha contra la pandemia de COVID-19, la solución del problema del cambio climático depende de la ciencia, la innovación y los avances que hacen posible el capitalismo y el libre mercado.
   Por su parte, Reino Unido mantiene su promesa de aportar 11.600 millones de libras esterlinas (15.800 millones de dólares) para ayudar al resto del mundo a enfrentar el cambio climático, con las contribuciones de otros Estados llevando los 100.000 millones de dólares prometidos a los países en desarrollo a una distancia alcanzable.
   Ante la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático que se celebrará en Glasgow, Reino Unido, en noviembre, dijo que "es hora de que la humanidad madure" y demuestre su capacidad de aprender, madurar y asumir la responsabilidad de la destrucción que está infligiendo al planeta y a sí misma.