Efemerides, Portada

JOSE RAFAEL MOLINA UREÑA, EX PRESIDENTE PROVISIONAL DE LA REPUBLICA, durante la revolución de abril de 1965

El 31 de enero del 1921, nace en San Francisco de Macorís, José Rafael Molina Ureña. Abogado y político dominicano

A la llegada del Partido Revolucionario Dominicano al país en 1961 el doctor Molina Ureña se inscribió como miembro y no tardó en convertirse en uno de sus principales dirigentes.

Fue electo diputado al Congreso Nacional en las elecciones generales de 1962, llegando a ocupar la presidencia de la Cámara de Diputados.

Fue presidente de la Asamblea Constituyente en 1963; presidente de la Cámara de Diputados; tras el golpe de Estado de abril de 1965.

Tras el referido golpe de Estado de abril de 1965, ocupó la posición de Presidente Constitucional brevemente, del 25 al 27 de abril de 1965 y proclamó vigente la Constitución del 1963.

Tras un agotador proceso en que se vio en el centro de negociaciones para impedir derramamientos de sangre, el bombardeo aéreo del Palacio Nacional, el trato denigrante -dice en sus memorias- a que el embajador norteamericano William Tapley Bennet, ofreció a los dirigentes civiles y militares de la revuelta constitucionalista, y la resistencia armada de la Fuerza Aérea, la Marina de Guerra y parte del Ejército, aplastado psicológicamente por la intervención militar norteamericana, decidió asilarse en la embajada de Colombia junto a Leopoldo Espaillat Nanita.

Su designación la hicieron líderes de las Fuerzas Armadas que en medio de la guerra civil que procuraba restaurar en el poder al derrocado profesor Juan Bosch tomaron el Palacio Nacional. Molina Ureña era un allegado de Bosch y fue designado tras las renuncia a la presidencia de Donald Reid Cabral.

El libro, titulado «Molina Ureña, Mis Memorias», (31 de mayo 1961 al 27 de abril de 1965) fue escrito por el político y guardado por su esposa, quien autorizó a Orlando Inoa su publicación, a fin de aportar ese testimonio a la construcción del agitado periodo histórico vivido por el autor.

A Molina Ureña, hasta ahora se le tiene, como el presidente que abandonó el más alto cargo público, y se asiló apenas iniciada la lucha constitucionalista, condición que el autor (ya fallecido) argumenta se debió a muchas circunstancias que no son de dominio público y que intenta explicar a lo largo de sus 238 páginas, en un libro cuidado en su edición e impreso en Editorial Búho.

Revela Molina que al Palacio Nacional, con toda la agitación imperante en la ciudad y los brotes violentos de lucha armada, de intentos de linchamientos de personeros que apoyaron el golpe de Estado a Juan Bosch, (septiembre 25 de 1963), el doctor José Francisco Peña Gómez, impecablemente vestido de blanco se presentó en Palacio.

Molina se dirigió a Peña para indicarle que desde Radio Santo Domingo (la radio y televisora del Estado) agitadores del bando constitucionalista, estaban llamando a actos de violencia y que ello no convenía al movimiento, pidiéndole que en su condición de director de prensa del PRD, debía enfrentar esa situación.

Cuenta que Peña le informó que su presencia en Palacio se debía exclusivamente a su deseo de saludar al doctor Donald Reid Cabral, quien estaba preso en la tercera planta, dicho lo cual, subió a cumplir con ese cometido, sin dar respuesta a Molina Ureña.

Uno de los planes de los militares constitucionalistas, dice Molina Ureña, era tomar el más activo foco de resistencia castrense: la base aérea de San Isidro, para lo cual los comandantes Illio Capocci, Andrés Riviere y Manuel Ramón Montes Arache, trazaron un plan estratégico consistente en avanzar sigilosamente hasta rodear la base, con apoyo de la Marina de Guerra, que hasta ese momento su comandante, el contralmirante Rib Santamaría, estaba a tono con los constitucionalistas (postura que cambió posteriormente). Sostiene que el coronel Caamaño se opuso a esa acción militar contra San Isidro porque no estuvo de acuerdo con el papel que estratégicamente se le asignó. “Se caía así una operación llamada a constituirse en una carta de triunfo para poner fin al enfrentamiento de los dos bandos militares” dice Molina Ureña.

Fue embajador en París de 1968 a 1971.

Murió el 22 de Mayo de 2000

Fuente @RDRedSocial