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El Plan 2008 presenta un déficit en la balanza de pagos que debemos enfrentar y resolver

La economía cubana creció 7,5% en el 2007



El Plan 2008 presenta un déficit en la balanza de pagos que debemos enfrentar y resolver




• Presentación de José Luis Rodríguez, Ministro de Economía y Planificación, ante la Asamblea Nacional del Poder Popular del Informe sobre los resultados económicos del 2007, y los lineamientos del plan económico y social para el 2008




General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros;



Compañero Ricardo Alarcón de Quesada, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular;



Distinguidos invitados;



Compañeras y compañeros diputados:



Ustedes han podido disponer con antelación del informe que recoge los resultados económicos más importantes del presente año y las perspectivas para el 2008, lo cual permitirá que nos concentremos en los aspectos más significativos del mismo.



Este año la economía cubana alcanzará un crecimiento del 7,5%. Esta cifra es inferior al 10,0% planificado, lo que se ha visto afectado por la incidencia en la construcción y la agricultura de las afectaciones climáticas a lo largo del año; así como el retraso en las importaciones de bienes de consumo que han influido en la reducción de la circulación mercantil minorista, entre los factores más importantes a señalar.



No obstante, este nivel de crecimiento resulta significativo y supera al 5,6% mostrado por América Latina, donde Cuba logra el quinto lugar entre los 33 países que se computan por CEPAL, al tiempo que expresa la consolidación gradual de la economía cubana que acumula un incremento del 42.5% en su PIB, solo entre el 2004 y el 2007.



En este sentido, no debemos dejar de señalar, tal y como explicamos ya el pasado año, que el PIB de Cuba resulta hoy perfectamente comparable con cualquier país del mundo.



Para ello nos atenemos a sistemas estadísticos reconocidos internacionalmente y nuestro país reitera su derecho a que se reflejen limpiamente sus logros sin cortapisas ni cuestionamientos mal intencionados, como se pretende en las publicaciones de algunos organismos internacionales y en los órganos de prensa al servicio de los enemigos de nuestro pueblo.



Como ya hemos señalado, se trata de Cuba y para nadie pasa inadvertida la fuerza del ejemplo de este país agredido, bloqueado y calumniado y que, no obstante, se encuentra entre los de más alto crecimiento de la región.



Adicionalmente debe señalarse que el crecimiento logrado se obtiene en medio de una elevación de precios de los alimentos importados de casi un 24% y más del 7% en los del petróleo, así como de tensiones financieras acrecentadas y del recrudecimiento de la guerra económica desatada por EE.UU. contra nuestro país, cuyo bloqueo nos cuesta ya más de 89 mil millones de dólares.



En medio de condiciones singularmente tan o más complejas, nuestra economía deberá crecer un 8,0% el próximo año.



Para explicar los resultados que podemos mostrar en este año, debemos reconocer ante todo el sostenido esfuerzo, la capacidad de resistencia y la unidad de nuestro pueblo en torno a su Revolución.



Este esfuerzo se materializa en el crecimiento de un 5,0% en la productividad del trabajo; un 16,8% de las inversiones; el crecimiento de sectores clave como el agropecuario, que lo hace en un 24,7%, la industria en un 7,8%; el transporte en un 7,9%; y los servicios con un 11,7%.



Igualmente se incrementan un 24,0% las exportaciones de bienes y servicios frente a un 2,0% las importaciones, obteniéndose un saldo positivo en la balanza comercial.



Estos favorables resultados se reflejan con un impacto directo en la población cuando, a pesar de las carencias y dificultades que aún subsisten, crece la producción y el acopio de leche y carne de cerdo; se reducen los cortes eléctricos conocidos como apagones en un 87,5% en relación al 2005 y se ha resuelto el 75,0% de las zonas de bajo voltaje; crece modestamente el transporte de pasajeros un 10,1% en la capital, y se mejoran sus condiciones en Santiago de Cuba y Camagüey, así como en la Isla de la Juventud y Holguín; se concluyen alrededor de 300 obras sociales de los programas de la Batalla de Ideas, entre ellas, 45 policlínicos reparados y ampliados; se estima concluir 51 790 viviendas; se eleva el nivel nutricional de la población a 3 287 kilocalorías y 89,9 gramos de proteínas diarias, de lo cual entre el 62,0 y el 64,0% se ofrece a precios subsidiados; crece el empleo estatal y se disminuye el desempleo al 1,8%, al tiempo que el salario medio llega a 408 pesos y se estimula a más de 820 mil trabajadores con una cifra superior a los 118 millones de CUC. Asimismo, se asignaron adicionalmente más de 39 millones de CUC a las provincias orientales para obras de alto impacto social.



Sin embargo, al tiempo que se reconocen los graduales avances que muestra la economía cubana, es preciso fijar nuestra atención en aquellos aspectos que impiden alcanzar lo que nos hemos propuesto, conscientes de que en nuestro desempeño están presentes las limitaciones objetivas y subjetivas que impuso el periodo especial, no rebasado aún, y que resta todavía mucho que hacer para lograr la satisfacción de las necesidades del pueblo y asegurar el desarrollo del país.



En tal sentido, el llamado a la reflexión sobre problemas medulares de la economía cubana presente en el discurso del compañero Raúl, el pasado 26 de julio, y el debate franco y abierto de los mismos al que se convocó, ha permitido tomar el pulso de los problemas que más preocupan y de las soluciones que más urgentemente se reclaman.



La respuesta precisa y oportuna en el ámbito correspondiente de cada uno de los planteamientos recogidos, es un compromiso que a todos concierne, conscientes de que tal y como se señalara en el propio discurso ya mencionado, «No son asuntos que resuelva una simple crítica ni una exhortación, aunque se haga en un acto como este. Requieren ante todo trabajo organizado, control y exigencia un día tras otro; rigor, orden y disciplina sistemáticos desde la instancia nacional hasta cada uno de los miles de lugares donde se produce algo o se brinda un servicio», añadiendo más adelante «…alerto una vez más que todo no puede resolverse de inmediato».



Para alcanzar las soluciones a nuestros problemas económicos debe contarse en primer lugar con planes donde el nivel de las actividades se corresponda con los recursos financieros, materiales y humanos de que realmente se disponga.



Elaborar planes deficitarios conspira contra la eficiencia económica, no permite atender adecuadamente lo que debe priorizarse e impone ajustes sobre la marcha, que impiden alcanzar los objetivos propuestos.



En tal sentido, aunque se ha hecho un esfuerzo, todavía el plan 2008 presenta un déficit en la balanza de pagos que debemos enfrentar y resolver, haciendo los ajustes que resulten indispensables.



En estas situaciones resulta decisivo el incremento de la productividad del trabajo, que crece un 5.0% en este año y, además, es superada ligeramente por el incremento del salario medio, que aumenta un 5.4%, manteniéndose una tendencia negativa que hay que revertir definitivamente.



Al respecto cabe subrayar que permanecen aún sin explotar los factores organizativos, que sin recursos adicionales, pueden elevar sustancialmente la productividad hasta en casi un 60% de los casos, como se comprobó recientemente.



Todo ello debe acompañarse de una planificación y una gestión económica más eficiente, brindando particular atención al proceso de discusión del plan y el presupuesto con los trabajadores, donde se observan muy discretos avances, todavía lejos de lo que se requiere.



En tal sentido, corresponde a las direcciones administrativas la correcta preparación de las asambleas, eliminándose los informes que no dicen nada al trabajador en su puesto de trabajo; ha habido falta de respuestas apropiadas y concretas a los planteamientos de los trabajadores; y no se han preparado adecuadamente los encargados de dirigir la asamblea, lo cual, entre otros problemas, limita el alcance de los modestos resultados obtenidos.



La conducción de nuestro proceso de desarrollo transita por una adecuada política inversionista, propósito aún no logrado.



Al respecto es conveniente destacar que los cambios estructurales que se precisan demandan de una infraestructura indispensable, que sufrió un deterioro significativo durante el periodo especial y que además requiere ampliarse. De ahí el elevado peso de las inversiones para la generación eléctrica, obras hidráulicas y transporte en esta etapa, e igualmente las que se demandan en instalaciones con vistas a brindar los servicios sociales básicos para asegurar el desarrollo del potencial humano del país. Todo ello constituye el soporte imprescindible para el incremento de la producción agrícola, industrial y de servicios y de ahí su importancia en estos momentos.



También merece especial atención la cantidad de viviendas terminadas, cifra inferior a la prevista, a pesar de contarse con un mayor respaldo material, careciéndose, sin embargo, de la necesaria capacidad constructiva.



Esta situación debe mejorarse en el 2008 con un incremento en la producción de elementos prefabricados y la constitución de brigadas estatales para apoyar el plan de construcciones previsto.



En general en el 2008 es preciso una mejor planificación y preparación de las inversiones; priorizar las de bajo costo y alto impacto; concluir las que están en proceso antes de iniciar nuevas obras; desarrollar el adecuado mantenimiento constructivo y tecnológico de todas las nuevas inversiones y asegurar el de las instalaciones ya existentes; y priorizar las inversiones en sectores clave para el país como el sector energético, la producción de alimentos, el aseguramiento de las exportaciones y la sustitución de importaciones.



El ahorro como fuente inmediata de recursos, especialmente portadores energéticos, aún no se logra a los niveles requeridos, ni es un proceso conscientemente asimilado por nuestras entidades, que no cuentan con planes verdaderamente rigurosos para reducir el gasto.



Al respecto se imponen disminuciones significativas para el 2008, tomando en cuenta el elevado crecimiento previsto en los precios, así como las posibilidades que se abren con la reorganización del transporte de carga que se lleva a cabo y las medidas que permiten un mayor ahorro de combustibles y electricidad con la adquisición de equipos más eficientes.



Sobre este tema hay que ser especialmente exigentes para que el combustible se emplee en las actividades previstas, sin provocar afectaciones a las mismas o a la población, por la deficiente planificación y control de estos recursos.



Por otro lado, si bien este año el sector agropecuario muestra una recuperación, se encuentra aún por debajo de sus posibilidades.



Para su solución gradual se requiere un significativo volumen de recursos que deben asignarse a los productores más eficientes, pero también profundas transformaciones estructurales y organizativas que permitan aumentar a corto plazo la eficiencia económica de la producción agropecuaria, reduciendo su costo y eliminando las trabas que impiden su avance, haciendo producir la tierra al máximo de sus potencialidades.



Es preciso avanzar en el 2008 en la sustitución de las importaciones de alimentos como arroz, frijoles, leche, frutas y harina de trigo, así como pienso para la alimentación animal, entre los rubros con mayores posibilidades en lo inmediato. Para ello se planifica un nivel superior de producción nacional con una adecuada política de estímulo y aseguramiento a los productores, que ya muestra modestos resultados en la leche y la carne de cerdo.



Ciertamente el programa de sustitución de importaciones elaborado este año identificó un conjunto de potencialidades no solo en los alimentos, sino también en un grupo de producciones industriales, sobre lo que se trabaja aceleradamente, identificando los requerimientos de capital de trabajo e inversiones que puedan brindar los mejores resultados a corto plazo.



Especial atención requieren también los servicios que se brindan a la población.



Tienen un amplio reconocimiento los logros en la esfera de la salud y el avance de los indicadores vitales de nuestra población.



Sin embargo, la calidad de los servicios que se reciben por la población no se corresponde con la prioridad y los recursos que el país destina a esta importante esfera.



También deberá ser objeto de una atención priorizada las tendencias demográficas del país, factor de importancia estratégica para nuestro desarrollo y sobre el cual se comienzan a implementar un conjunto de medidas dirigidas a frenar el decrecimiento de la población, que se repite en el 2007; estimulen el incremento de la natalidad y brinden adecuada atención a la población mayor, tomando en cuenta que ya hoy más del 16% de la misma supera los 60 años.



Compañeras y compañeros diputados:



Nuestro pueblo siempre ha dado pruebas de su unidad y espíritu de combate frente a todas las dificultades.



Este año no ha sido la excepción.



Encabezados por el Partido, se vienen librando numerosas batallas en todos los frentes, cumpliendo todas las indicaciones que nuestro Comandante en Jefe planteó en su proclama del 31 de julio del 2006.



Igualmente las profundas reflexiones del compañero Fidel han acompañado los avances de la Revolución durante el presente año, creando conciencia de los problemas que debemos afrontar, como parte de la humanidad convencida de que vale la pena luchar por un mundo mejor.



Próximo ya a iniciarse el año que marcará medio siglo de transformaciones revolucionarias en nuestra patria más allá de las insuficiencias propias de toda obra humana, podemos sentir orgullo del camino recorrido junto a Fidel y Raúl y asegurar la continuidad de su obra con la unidad de nuestro pueblo y la convicción de que las futuras generaciones serán fieles a su ejemplo y a sus enseñanzas.



Muchas gracias.



Granma

2007-12-30 20:57:40